“Me olvidé de vivir”. Una misiva de nuestro amigo y vecino Blai Daries

Noticias
Fuente

ME OLVIDÉ DE VIVIR

Recuerdo cuando utilizaba el teléfono fijo para quedar con mis amigos o con la chica que me gustaba. Primero debías pasar el filtro de su padre y seguramente su madre estuviese escuchando por el otro teléfono de la casa…

¿Y sabéis qué? Ese tiempo que transcurría entre la conversación telefónica y la cita… esa maravillosa ausencia de información, de alguna manera hacía especial y mágica la espera. A día de hoy no somos capaces de improvisar un plan B para el corazón. La fidelidad, en cualquiera de sus formas o géneros, parece estar sobrevalorada, y por desgracia solemos tener escrita la siguiente página de nuestra historia cuando aún no hemos terminado ésta. Los sentimientos vuelan a la velocidad de un doble check.

Estamos sumergidos en la Ley de la inmediatez y el YO. E

El cómo te sientas tú, lógicamente...va detrás.

Hoy te mando un corazón, varios besitos, unos ojitos llorando… ¡y todo arreglado!  

Hemos intercambiado tanta información digital que cuando llega el día de vernos o escucharnos no queda casi nada que contar.

Cómo puede ser que un GIF pueda sustituir a una llamada, un café o un paseo. Me resisto a creer que este "modus operandi" nos  acerca a la felicidad, si realmente la estamos buscando.

Curiosa paradoja que la tecnología nos acerque distanciándonos tanto. No creo que cualquier tiempo pasado fuera mejor. Sencillamente reflexiono sobre si lo que hacemos cada día nos hace sentir y nos mueve por dentro.

No quiero intercambiar caritas sonrientes. Quiero sonreír contigo, porque sabe mejor. Estamos en un momento que todo se juzga con una frialdad abrumadora. Se ha normalizado imponer nuestro criterio sobre cualquier tema que esté en la mesa.

Escuchar ya no está de moda y desgraciadamente la falta de compromiso es lo habitual.

"Amar", ese verbo tan antiguo como desconocido, relacionándolo siempre con nuestros seres más cercanos e íntimos, dejando escapar así el gran trozo de su inmenso significado: amabilidad, afecto, cariño, bondad o compasión hacia cualquier persona y en cualquier momento. Eso también es amar, pero la vergüenza, el vértigo o la desconfianza hacen que lo convirtamos en un verbo tristemente limitado y privativo. Con la que está cayendo ahí fuera, si enterramos lo que nos hace sentir, estamos muertos en vida, sin saberlo.

  B.D.G (Blai Dàries Gallego)

Publicidad