Manuel Merenciano queda finalista en la I Edición Internacional de Microrelatos del Grupo Prisa
'Cotidiano' fue elegido entre más de 3.300 microrelatos presentados
El escritor y vecino de L'Eliana, Manuel Merenciano, ha quedado finalista en la I Edición Internacional de Microrelatos de Prisa Radio en el que participaron más de 3000 personas de toda España. Su relato 'Cotidiano' ha sido uno de los tres finalistas elegidos por el prestigioso escritor y periodista Juan José Millás, que actuó como jurado, para optar al premio ganador correspondiente a nuestro país que competiría después con los ganadores deArgentina, Chile, Colombia, Costa Rica, México y Panamá.
Manuel Merenciano confesaba haberse levantado sobresaltado - la mañana del martes 22- por una llamada de Cadena Ser que lo acreditaba como uno de los finalistas de esta primera edición. "Más tarde, me enteré en el programa 'Hoy por hoy que me quedaba a las puertas de la final, pero no me he desanimado. Llegar hasta aquí ha sido todo un gran logro y un gran reconocimiento", explica. El escritor ya ha quedado finalista en otros concursos de Cadena Ser , como cuando ganó elTercer Premio del II Certamen de microrelatos 'Relatos en Cadena', y otros galardones de gran importancia como elPremio Nacional de la XXIII Edición del Certamen "Los Cuentos de La Granja" (2005), con la obra 'Un vecino abnegado', ganador del IV Certamen de Poesía y Relato "Grupo Búho" (2007),el accésit de novela, en elII Certamen Iberoamericano de las Artes (2010)y más localmente el Segundo Premio de Narrativa en Castellano, en el III Certamen de Relatos 'Escrits a la Tardor' de L'Eliana en el año 2004, con la obra 'El intruso'.
El relato de cada participante de la I Edición Internacional de de Prisa Radio debía comenzar con la última frase del último libro de Mario Vargas Llosa, 'El héroe discreto' que decía así: "Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión". Puedes leer el microrelato ganador 'Cotidiano' de Manuel Merenciano aquí:
'Cotidiano'
"Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión".
El hombre suspira al terminar el libro. Mientras ojea las solapas, se remueve ligeramente en su sillón de orejas. Luego mira a su mujer y le dice que, de regreso en el metro y sin causa aparente, ha sufrido una extraña erección. Ella esboza una mueca socarrona y le cuenta que esa misma mañana, en el autobús, se ha sentido abochornada cuando, también sin motivo alguno, han despuntado sus pezones erizados bajo la tela de la blusa. Ríen los dos. El hombre enciende el televisor y la mujer retoma el crucigrama.
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