OPINIÓN
José Luis Coll: "La ayuda de Diputación para restaurar el Molí es insuficiente"
El miembro del Centre d'Estudis Locals de L'Eliana asegura, en este artículo, que los 30.000 euros no alcanzan para llevar a cabo la profunda reforma que requiere el edificio
Desde que las fotos que acompañan este reportaje fueran realizadas en el año 2006 ha habido constantes asaltos, robos, incendios provocados y otros actos vandálicos que se sumaron al abandono que ya padecía y que provocó la colonización del edificio por palomos deportivos (con sus deposiciones) y carcoma, además de la acción de la intemperie debida al desplome de parte del techo”.
La Diputación de Valencia ha concedido al Ayuntamiento de L’Eliana una subvención de 30.000 euros para la preservación de la maquinaria del Molí de la Lluna. Dinero insuficiente para restaurarla en su totalidad dada la complejidad y estado de la misma, menos todavía para museizar y poner en valor el conjunto edilicio pero más que suficiente para limpiarla, desinsectarla y preservar lo que quede de ella.
Deberá saber el ciudadano de L’Eliana que este molino, de propiedad municipal, es uno de los mejores ejemplos, si no el mejor, de molino hidráulico de la Comunidad Valenciana. Mueve esta histórica instalación industrial las aguas de la “sequia Mare” a través de su rueda de palas horizontal de tecnología árabe medieval. Observando el resto de aperos (muelas, ahínas, tolvas, tamices, aventadores, canalones con sus enormes tornillos sin fin, harineras, pitrales, aliviadores etc.) es posible comprender la evolución de los molinos hidráulicos mediterráneos desde la edad media hasta los comienzos de la revolución industrial.
La construcción que lo alberga sigue las pautas de la alquería valenciana del siglo XVIII con su garita en esquina, su pozo de agua adosado a la fachada principal y sus tabiques de entramado valenciano a base de maderamen ligero, cañas y yeso. Pese a ello, los documentos más antiguos en los que se nombra esta construcción datan de 1818. Se trata, por tanto, de un conjunto histórico que, bien conservado, debería ser el orgullo de nuestra población amén de santo y seña identitario.
Lo que ocurre es que, a diferencia de otros molinos como el de Quartell, este no tiene suerte. De nada sirvió que se quedaran boquiabiertos durante su visita Enric Guinot (profesor de Historia Medieval de la Universidad de Valencia y Presidente de la Associació Valenciana d’Amics dels Molins), Miguel del Rey Aynat (arquitecto Catedrático de Proyectos Arquitectónicos de la ETSAV y la mayor autoridad en materia de estudio y restauración de la arquitectura rural valenciana) entre muchos otros.
Desde que las fotos que acompañan este reportaje fueran realizadas en el año 2006 ha habido constantes asaltos, robos, incendios provocados y otros actos vandálicos que se sumaron al abandono que ya padecía y que provocó la colonización del edificio por palomos deportivos (con sus deposiciones) y carcoma, además de la acción de la intemperie debida al desplome de parte del techo. A su vez, el incendio provocado hace unos años destruyó la puerta de acceso principal y la viga que la cubría produciendo el desplome del techo que cubre el zaguán.
Tampoco sirvió de nada que fuera presentado por parte del Ayuntamiento un borrador de jardín etno-botánico (sin consignación presupuestaria) que giraba alrededor del molino ni que se presupuestara la adecuación del Barranco de Mandor pues esta no intervenía sobre el mismo (solo sobre su entorno). En saco roto cayó el interés de una empresa internacional en acuicultura de convertir el entorno inmediato del molino en un estanque para la regeneración de especies autóctonas del río Turia financiado al 100% por la Unión Europea debido al nulo apoyo municipal.
En definitiva: que tenemos -¿o debería decir teníamos?- una instalación industrial histórica de primer nivel atacada por hongos, insectos, pájaros, ladrones, vándalos y… mucha desidia. A lo largo de estos últimos años lo único que se ha hecho es tapiar la puerta principal y reparar el boquete de la cubierta. ¿En que estado se encuentra actualmente? Los miembros del CEL lo desconocemos por completo pues el Ayuntamiento no nos permite el acceso al interior del edificio ya que se encuentra en estado de ruina y constituye un riesgo para las personas que lo visiten. De nada ha servido que algunos de nosotros (como el que escribe) seamos arquitectos y hayamos recibido formación específica en materia de seguridad y salud en las obras, como de nada ha servido nuestro ofrecimiento para firmar cuantos documentos sean necesarios para eximir al Ayuntamiento de responsabilidad alguna referente a nuestra integridad física.
Decepcionante fue también que el Ayuntamiento rechazara por el mismo motivo que estudiantes de arquitectura técnica e ingeniería industrial pudieran realizar su Proyecto Final de Carrera en el Molí de la Lluna. Los primeros realizando un pormenorizado levantamiento de planos del edificio y documentando a la par que analizando sus sistemas constructivos y los segundos haciendo lo mismo con la maquinaria. Esta documentación se hubiera obtenido a un coste muy bajo. Tan solo hubiera que haber firmado sendos convenios con la facultad correspondiente y haber apuntalado y asegurado la zona. Como mucho, 5.000 euros en total. Este dinero es poca cosa si lo comparamos con los beneficios que hubiera reportado: poder reconstruir los elementos que en adelante pudieran ser robados, deteriorados o destruidos y disponer de una herramienta contundente a la hora de solicitar ayudas a la administración autonómica, al Estado o a la Unión Europea.
¿Quedará algo en pié? Mejor no pensarlo. Esperemos que estos 30.000 euros, que son de todos los valencianos y que nos ha enviado el inefable Alfonso Rus, sirva para darle un giro a esta lamentable situación. Veremos.
JOSE LUIS COLL TORRENT (Miembro del CEL)
