Lidia Torres

Gente de aquí
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L’Eliana es un pueblo singular que tiene todas las ventajas de una ciudad y las maravillas de un pueblo. Un municipio cosmopolita, abierto y que me ha conquistado definitivamente.

Lidia lleva ya cerca de ocho años instalada en L’Eliana. Natural de Buenos Aires, nació en la Argentina de 1939. Lidia es hija de padre asturiano y abuelos maternos catalanes que se afincaron en la próspera tierra de Mar del Plata a principios de 1.900. Nuestra protagonista de hoy en Gente de Aquí es pues, una española-argentina que para su retiro eligió volver a sus raíces españolas eligiendo L’Eliana para vivir. “Aquí he seguido aprendiendo cosas nuevas, primero pilates, luego valenciano y casi enseguida también prestar mi servicio totalmente voluntario en la Asociación de la Escuela de Formación de para Adultos del municipio. Allí me desempeño como vocal y llevo además la caja chica de la asociación. Una menudencia”, afirma con modestia. A Lidia la hemos podido ver totalmente integrada en L’Eliana departiendo con amigos y conocidos, comprando en sus comercios y establecimientos pero sobre todo muy unida con su gente de la escuela de Formación de Adultos de la L’Eliana y a sus amigas de todas las edades y condición. Lidia Torres es la mayor de dos hermanas. Trabajadora infatigable desde muy joven se hizo cargo junto a su padre del negocio familiar: una empresa dedicada a las artes gráficas. Educada con las Mercedarias, orden religiosa argentina, respiró los aires libertarios de sus padres y abuelos vividos durante la República. Tras enviudar y faltar su padre decidió quemar todas las naves y venir a España de donde confiesa “están mis raíces”. ¿Cómo llegas hasta L’Eliana? le preguntamos. “Vine de paseo unas vacaciones a visitar a mi hija que por aquél entonces vivía aquí. Este pueblo enseguida me enamoró. No tenía idea por entonces de dejar Argentina pero tras cansarme del panorama nacional de aquellos años tomé esta decisión y no me arrepiento. Siempre he sido muy resolutiva, independiente y racional. Mis dos hijas vivían en Europa desde hacía muchos años, y aunque vivo sola, porque quiero y me gusta, es más fácil reencontrarnos cuando queremos. L’Eliana es un pueblo singular que tiene todas las ventajas de una ciudad y las maravillas de un pueblo. Un municipio cosmopolita, abierto y que me ha conquistado definitivamente. Tengo más de 70 años y, aunque más reposada que antes, todavía tengo muchas cosas por vivir y aquí las estoy haciendo como me gusta, como se me dé la gana” dice, con esa forma tan argentina de expresarse. ¿Qué es lo que más aprecias en la vida Lidia? “Siempre lo digo: el respeto. Si me dan a elegir entre el amor y el respeto elijo el respeto”, argumenta con decisión. Mujer independiente, culta y portadora de una elegancia sin igual, ataviada con sus eternos vaqueros y suéter de cuello alto, Lidia afirma con decisión que “las mujeres deben tener las cosas claras. Creo que hemos retrocedido, perdemos parcelas porque todavía no sabemos que lo más importante no es tener el amor de un hombre, sino que amemos y que nos amen por cómo somos. Somos lo suficientemente inteligentes para saberlo pero todavía no lo llevamos a cabo. Yo no me aburro estando sola. Creo que las mujeres debemos aprender eso porque la vida te puede poner muchas condiciones duras. Creo que lo más práctico es saber sacar partido a cada cosa y no dejarse llevar. Aprender a gustarse”. Nos despedimos no sin antes comentarle que es una mujer muy guapa. Con dulce firmeza nos corta para decir “No, yo no soy guapa. Creo que tengo encanto y eso es mil veces mejor. Algo así como L’Eliana, que su encanto y su forma de ser te retiene”.