Sentidos únicos, ¡bienvenidos!

Parle Vosté
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SENTIDOS UNICOS, ¡BIENVENIDOS!

(una contracrítica)

 

Leo en las redes, con una mezcla de asombro y desesperanza, comentarios muy airados sobre el Plan de Sentidos Únicos que se viene implantando en diversas zonas de l’Eliana.

Que pequeños cambios como éste encuentre  tales resistencias, anuncia la enorme dificultad que van a suponer los,  ahora sí, radicales cambios de vida y de consumo que la emergencia climática nos va a exigir, si queremos mantener vivo nuestro planeta y nuestra especie. 

Veamos esas críticas, dejando a un lado los que directamente insultan o se quejan sin más argumentación, porque con estos es imposible razonar. 

Vayamos, por ejemplo,  al “han creado un problema donde no lo había” o “es innecesario porque el tráfico es escaso y las calles son amplias”. Lo primero es falso. El problema que había y que hay,  es la costumbre endémica en l’Eliana de aparcar los coches sobre las aceras. Y puede ser que las calles sean amplias, pero no lo suficiente para albergar dos sentidos de circulación y dos bandas de aparcamiento, sin recurrir a la invasión de las aceras.  Y las aceras, son el espacio público reservado a las personas. El sentido único y la señalización viaria de las zonas de aparcamiento resuelve  simple y definitivamente  ese problema.

Lo que no resuelve, porque no lo pretende, es  ni el estado de las aceras, ni del asfalto, ni la velocidad, ni el mucho o poco tráfico en las urbanizaciones, que son otros de los argumentos que se cuelan en muchos comentarios, como si la existencia de otros problemas a resolver justificaran no abordar éste. Embarullar los temas sólo denota no querer razonar . 

Otra gama de comentarios tiene que ver con “quién ha decidido esto” o “no han informado a nadie”. También es falso. Se convocaron hace ya tiempo reuniones abiertas a todos los vecinos explicando el Plan y sus objetivos. Se ha informado y recogido el visto bueno de las tres asociaciones de vecinos de nuestro pueblo. Se ha informado en los medios de comunicación del Ayuntamiento y en este en el que escribo. Se ha editado un video informativo. El Plan está colgado en la web municipal. También se ha publicado en el Boletín de la AV Amics d’ Entrepins. Y, en todos ellos se han pedido opiniones y puntos de vista para las mejoras necesarias por parte de los técnicos. Todos tenemos derecho a vivir de espaldas a lo que sucede en el pueblo, si ése es nuestro modelo de vida, pero luego no parece razonable quejarse de no tener información.

Luego viene lo de la “injusticia” de que los propietarios de la acera en la que se fija el aparcamiento están obligados a pagar una tasa para disponer de un vado para acceder a sus garajes. En realidad, lo que ocurre es que hasta ahora, se la han ahorrado, porque los ciudadanos que viven en el casco urbano  la vienen pagando religiosamente desde siempre para poder acceder a los suyos. Y no parece que este sea un asunto que entre  conceptualmente en el terreno de la justicia. ¿Es más justo tener que cruzar la calle para llegar a mi casa si aparco en la acera de enfrente? ¿O para dejar la basura cada día en los contenedores? ¿O que la casa de mi vecino esté mejor orientada para recibir el sol por las tardes? Les aseguro que yo pagaría gustosamente 18 euros al año por poder aparcar mi coche en la acera de mi casa y acceder a los contenedores sin tener que cruzar la calzada.

Relacionado con lo anterior está la sugerencia de prohibir el estacionamiento  alternativamente por quincenas. Se supone, claro,  que confiando en la buena voluntad del personal y la actividad sancionadora de la policía local. Pero esto sólo resuelve la “injusticia”  de disponer de vados en una única banda, si la gente los siguiera respetando. Porque, si no los respeta, habría que pagar vados en ambas. Y, además, si se pretende mantener  los dos sentidos de circulación  con ese aparcamiento alternativo, no hay espacio de calzada suficiente si no se aparca sobre las aceras, que es el problema que queremos resolver…

Y ya por último, está lo de tener que dar “mil vueltas para llegar a casa”, “gastar el doble de gasolina” o “emitir  toneladas de más de CO2”. En fin, una cosa es exagerar un poco para arrimar el ascua a nuestra sardina y otra sacar las cosas de quicio. ¿Cuántas vueltas tenemos que dar en cualquier entorno urbano para llegar a cualquier punto? ¿O está permitido seguir la línea más recta para ahorrar gasolina y emitir menos CO2? Los que dicen esto, ¿acostumbran a dejar el coche en casa para coger el metro para ir a Valencia o comparten el coche con otros  para no gastar gasolina y emitir menos CO2? 

Hay decisiones valientes que rompen costumbres y rutinas pero encuentran resistencias iniciales, a veces iracundas. La plaza principal de nuestro pueblo es un ejemplo fácil de reconocer. El paso del tiempo pone las cosas en su lugar. Y, en mi opinión, el paso del tiempo nos permitirá comprobar que las personas - y personas son los niños, los  mayores, las madres o los padres con sus carritos de bebé, o con el de la compra,  los que tienen problemas de movilidad y necesitan una silla de ruedas u otra clase de disfunción, o cualquiera de nosotros- pueden circular o pasear tranquilamente por las aceras sin tener que sortear vehículos ni bajar a la calzada con riesgo para su seguridad. Y que el mantenimiento de las aceras será más sencillo y menos costoso para todos. Y que una circulación más ordenada contribuye a una mayor seguridad. Y veremos como nuestras calles se adornan con carriles para bicicletas y otros vehículos de movilidad personal, circuitos peatonales, caminos escolares seguros, aceras continuas y plataformas únicas y una limitación efectiva de las velocidad  de los vehículos a motor, haciendo de nuestro entorno un lugar para una mejor ,más amable segura  y civilizada convivencia.. Y recuperaremos el gusto, la necesidad y la conveniencia de caminar, estar, conversar y socializar en la  calle. Y que nuestros hijos podrán volver a jugar en ellas sin miedo. Y avanzaremos hacia una ciudad más pacífica, sostenible y adaptada a la escala humana. Una ciudad urbanizada para las personas en las que éstas y no los coches ocupen el centro de interés. Porque esos espacios son públicos y son nuestros y los hemos concedido por demasiado tiempo a los vehículos a motor.

Ordenar el espacio público en favor de las personas forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible  promovidos por Naciones Unidas (Objetivo 11 - Lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles)  y del  Objetivo Estratégico 5 (Favorecer la proximidad y la movilidad sostenible)  en sus objetivos específicos 12,16, 17 y 18 de la Agenda Urbana 2030 dela ciudad de l’Eliana.

 

Germán López-Guitián

Miembro del Grupo de Trabajo de Desarrollo Urbano y Movilidad Sostenible del Consejo de Sostenibilidad de l’Eliana.