Teresa Peiró Aguilar

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Teresa Peiró Aguilar es una elianera de pura cepa pero sobre todo de corazón. Nieta e hija de elianeros, siempre ha vivido en l’Eliana el pueblo que la vio nacer y el sitio en el que siempre ha querido vivir.  “Simplemente -explica diáfana y sencilla- no hay otro pueblo mejor. No me veo en otro lugar. En l’Eliana está mi casa, mi familia, mis amigos, y cómo no, también mi Falla, la Josep Antoni, Purissima i Major, a la que quiero con pasión”. Casada con Miguel Gil, Teresa es madre de dos chicos, Carlos de 19 años y Miguel que tiene 17. “Los tres - afirma con sutileza - son lo más importante de mi vida”.

Hace pocos días, Teresa Peiró fue galardonada por la Junta Local Fallera con la  ‘Espardenya d’Or’, un reconocimiento recientemente creado por la entidad local, para reconocer la labor y el trabajo de los falleros de l’Eliana  en las fiestas Josefinas. 

¿Cómo has recibido este reconocimiento? ¿Qué ha supuesto para ti?   

Fue una gran sorpresa porque no tenía ni idea. Para mí supone un gran respeto y cariño. Llevo en la falla muchísimo tiempo y fui Falllera Mayor en el año 85. Formo parte del grupo de danzas valencianas de la misma.Me ocupo, no se ya ni desde cuando, de la parte de los playbacks, su organización y puesta en marcha. Y si hay que coser un disfraz y tengo que dejar de dormir para que esté listo lo hago. Este reconocimiento es un ‘darnos las gracias’ por parte de la JLF y no me lo esperaba para nada. Me ha hecho mucha ilusión.  

¿Desde cuándo estás apuntada a la Josep Antoni?   

¡Toda una vida! Llevo en la Falla desde que tenía 8 años. Así que nada menos que 42 años. ¡Se dice pronto! 

¿Te gustaría volver a ser Fallera Mayor?

Fue una gran experiencia, pero no la volvería a repetir. Todo tiene su momento. Además ser Fallera Mayor conlleva una gran responsabilidad y una gran disponibilidad de tiempo que ahora no tengo por cuestiones de trabajo. Yo seguiré en la falla haciendo mi trabajo, sobre todo en los playbacks que llevan también lo suyo. Trabajamos con un grupo muy grande de niños y jóvenes. Eso supone planificación y trabajo en relación a cada grupo. Escoger la música, pensar las coreografías, los disfraces y ensayos. Para eso sólo tenemos durante unos meses los fines de semana, pues los chicos ahora también tienen muchas actividades extraescolares.    

A ti también te hemos visto también bailar en el  grupo de danzas valencianas.

Es un grupo que tiene una labor cultural importante dentro de la falla y también fuera. Porque no sólo aprendes a bailar, sino que conoces las raíces de las danzas valencianas que  pertenecen a nuestra cultura y costumbres. Durante un tiempo el trabajo dentro de este grupo de baile llegó a ser bastante  importante y hacíamos actuaciones de la mano de un muy buen profesor. Hace 15 años de su creación. Estamos en un momento de impulsarlo de nuevo.  No queremos que desaparezca.

¿De las fiestas falleras cuáles son tus actos preferidos?

Sin duda la ofrenda. La presentación también me gusta mucho con sus bailes, por supuesto.

Pero no sólo están las Fallas. También te hemos visto de Dolorosa. 

Fui Dolorosa en 2005, y también en 2013 y 2014. Algo que he disfrutado y vivido muy bien. Aunque tengo que confesar que fallera seré siempre. Las fallas de l’Eliana son mis fiestas. Como se hagan en Valencia me da casi igual. Lo que me gusta es la forma de vivirlas en mi pueblo. 

Trabajas como administrativa en una  empresa fuera de l’Eliana ¿Cómo se compagina el trabajo, la casa y la falla?

Pues como se pueda. Con organización y prioridades, pero también robándole horas al sueño. Si hay que dormir menos se hace. 

Háblanos de tu vida en l’Eliana

L’Eliana es el  pueblo en el que nací. Vivía en el barrio de les Casetes. Cuando era pequeña estar en esa zona, que hoy forma parte del pueblo, era como estar en el extra-radio. El centro me parecía que estaba muy lejos. Ya ves. Mi madre, María, empezó trabajando a los 13 años como niñera de los originales dueños del Bar Marco. Y luego fue cocinera allí hasta que se jubiló. Mi padre Baptista, era ferroviario. Yo soy la pequeña de dos hermanas y aquí he vivido siempre.  Estudié en el CP Virgen del Carmen e hice el bachiller en Llíria porque todavía no estaba el instituto. La casa de la Cultura era un  lugar e encuentro y de hacer muchas actividades. Yo siempre me decanté por todo lo manual, como el ganchillo, la cerámica, el canto, pintura, la guitarra . Y aquí sigo, con mi marido, mis hijos y mi familia. Sólo salgo de l’Eliana para trabajar y para hacer algún viaje. 

¿Tu marido, Miguel Gil, también es de l’Eliana?

No él es de Llíria. Lo conocí en una discoteca. Desde siempre tuvo claro que quería vivir aquí. Hoy es un elianero más. 

¿Para terminar esta entrevista dinos  en una frase que es l’Eliana para ti?

 Lo más importante después de mi familia. Es el sitio en el que he nacido y en el que quiero morirme.