La 'Cultura' del autobombo

El Aguijon
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El departamento de comunicación del Ayuntamiento de l’Eliana ha vuelto a obsequiarnos con otra dosis de empalagoso autobombo en una nota que trata de resumir en cifras la vida cultural del municipio durante 2016. 

Vaya por delante que, en mi opinión, los organismos públicos tienen el derecho y la obligación de informar a la ciudadanía sobre su gestión. Informar; no palmear, ni manipular.

El titular de la noticia en cuestión dice que “casi 46.000 personas disfrutaron de las actividades culturales de l’Eliana en 2016.” (PUEDES LEER LA NOTA DE PRENSA AL FINAL DE ESTE ARTÍCULO DE OPINIÓN)

Habrá que aclarar, en primer lugar, que en l’Eliana no somos más que unos 18.000 vecinos. Como resulta imposible saber cuántos no han ido a ningún evento y cuántos han repetido varios, la cifra de 46.000 “personas” no es más que una entelequia destinada a deslumbrar sin causa.

Continuaremos diciendo que 19.245 entradas vendidas en el Cine de Verano en 2016 comparadas con las más de 20.000 de los años 2013, 2014 y 2015 o los casi 24.000 del año 2012 invitan a una reflexión, más que a lanzar las campanas al vuelo. En 2014 se podía argumentar que la ausencia de un proyector digital limitaba las opciones de programación, pero ese problema ha sido resuelto en 2015 y 2016, sin que la tendencia se haya invertido.

El evento estrella del año ha sido la MARCEL, un festival calcado del que lleva 30 años celebrándose en Villarreal y que constituye una apuesta personal – algunos lo llaman el capricho – del alcalde, que le ayudará presumiblemente a dejar su impronta en el municipio. Nadie duda del interés y espectacularidad del evento. Lo que no está tan claro es que merezca los más de 25.000 o 30.000 euros - aún nadie ha presentado unas cuentas como corresponde - que cuesta ese fin de semana. Cierto, los bares y restaurantes se llenaron esos dos días. Pero ¿realmente se recupera una inversión de ese calibre? He escuchado durante la campaña electoral otras varias maneras de llenar el pueblo de gente los fines de semana sin necesidad de gastar ni la quinta parte de lo que cuesta la MARCEL.

Otra cuestión son los cambios en la Torre del Virrey. Ese concepto tan mediterráneo de cenar de sobaquillo y a la fresca con unos cuantos amigos y disfrutar después de un espectáculo ha sido sustituido por la idea de sentarse en una larga fila de sillas sin contacto visual entre los espectadores, a esperar a que se apaguen las luces. He oído decir que es por respeto a los artistas, pero no creo que se haya faltado nunca antes al respeto a los artistas porque el público degustara un bocata y una amable conversación antes de atender al espectáculo.

Porque la Torre del Virrey no es un espacio escénico convencional y sus carencias se suplen con holgura con ese concepto del que les hablaba antes, pero saltan a la luz cuando se le exige lo que no es. Miren, sentado en el centro de una fila de veinte o treinta sillas con apenas medio palmo entre mis rodillas y la silla de enfrente, imposibilitado de salir para ir al baño o al bar sin molestar a diez o doce personas y sin apenas ver nada en el escenario porque todas las filas están al mismo nivel y ya en la cuarta o quinta apenas se atisba la mitad superior de lo que pasa en el escenario, no es la mejor experiencia para el espectador, ni de respeto al espectáculo.  Y es la experiencia de casi todos. 

El servicio de bar este verano ha sido escandaloso. Bocadillos incomibles arrojados encima de un mostrador, manoseados por los consumidores para intentar averiguar su contenido, esperas interminables, y un trato del personal instalado en la mala educación y rayando en ocasiones en la grosería. Un problema endémico que sigue sin resolverse pero que además va cada vez a peor.

En mi opinión, haría bien la concejalía, en promover la necesaria crítica y autocrítica que redunde en una mejora de la vida cultural en l’Eliana en lugar de mostrar - como hace con esta noticia - su propensión a apuntarse medallas y faroles.

La cultura no se mide por números. Y no se reduce a la cultura popular, a la fiesta en la calle, o a los espectáculos. La medida la da la participación de los elianeros en la vida cultural, en tanto que actores y protagonistas, no sólo como espectadores. En ese terreno, en el del apoyo a muchos de estos colectivos, escucho muchas quejas y críticas a media voz. Nuestros artistas, por ejemplo,  firman manifiestos clamando por un espacio expositor en condiciones y otros no comprenden cómo no se les ceden espacios municipales desocupados para poder reunirse y trabajar, o cómo no se les apoya con recursos económicos o de otro tipo en sus proyectos. 

El equipo cultural del ayuntamiento ha desaprovechado la ocasión de abrir un debate evaluador sobre todos los cambios sobrevenidos en la concejalía en esta legislatura, entre los muchos implicados. Esto es transparencia y participación ciudadana de la buena y no manipularnos con cifras artificiales con la intención de “épater” al ciudadano.

Mención aparte merece la coletilla del éxito económico. Si es cierto que los precios de las entradas son moderados, no es menos cierto que se han subido en este ejercicio. Esto nos lleva a otro debate: ¿acaso la cultura promovida por un ayuntamiento debe ser pagada por los ciudadanos, es decir, pagada dos veces, con impuestos y con entradas?  ¿Acaso eso no prefigura una competencia desleal con los proyectos privados que no se benefician de los recursos de la iniciativa pública? La cultura se concibe así como un gasto a reducir, no como una inversión, como una necesidad ciudadana. Si sigue esta tendencia, el Ayuntamiento podría acabar haciendo negocio con la cultura.

Como no me considero un experto en estos temas, ni tan siquiera creo tener un criterio claro, me limito a invitarles a olvidar las cifras y los números, y pedirles que expongan sus opiniones y sus puntos de vista en el facebook de esta publicación y así abrir el debate constructivo entre afectados que ponga los pies en tierra a los responsables.

Germán López-Guitián

26/01/2017

NOTA DE PRENSA - L’Eliana, 12 de enero de 2017

CULTURA

Casi 46.000 personas disfrutaron de las actividades culturales de l’Eliana en 2016

El cine de verano se convierte en la actividad preferida de los vecinos y vecinas del municipio, rozando los 20.000 espectadores. Le sigue la I Mostra d’Arts al carrer (MARCEL) que disfrutaron un total de 8.000 personas.

El año 2016 se cierra en l’Eliana con unos grandes resultados de asistencia ciudadana a las actividades de su agenda cultural. Casi 46.000 vecinos y vecinas de todas las edades acudieron a algunos de los espectáculos que se celebraron a lo largo de los doce meses, como sesiones de cine, obras de teatro, conciertos o espectáculos de danza, entre muchos otros.

La propuesta de mayor éxito, un año más, ha sido el cine de verano, pues se llegaron a alcanzar 19.245 entradas vendidas a lo largo de la temporada de proyecciones. Le sigue la I edición de la Mostra d’Arts al Carrer (MARCEL) que congregó en un fin de semana a 8.000 personas en el mes de mayo. Otra actividad también cinematográfica, las sesiones que se programaron en el Auditorio, acogieron a casi 4.000 espectadores. Entre todos los films proyectados, Un monstruo viene a verme, una de las películas más exitosas del año, se convirtió también en la más taquillera de l’Eliana con casi 600 espectadores.

La música también arrastró a un buen número de espectadores en 2016, el festival Cinc Segles de Música atrajo desde sus diversos escenarios a 1.650 personas, de las que más de 500 acudieron al concierto del cantautor Raimon el 28 de octubre en el Auditorio. Otros conciertos celebrados en el municipio, además de los 7 del festival, movilizaron a casi 4.500 personas. En cuanto a las artes escénicas, tanto en espectáculos de pago como de entrada libre, un total de casi 1.800 personas acudieron a ver representaciones de teatro o danza.

Otra novedad de 2016 de gran éxito ha sido el ciclo Estiu a la Torre, en el que casi 2.500 personas acudieron a la Torre del Virrei a un total de una docena de espectáculos de músicas del mundo, música en valencià, jazz y flamenco entre otras propuestas. También cabe destacar las diversas actividades cinematográficas programadas con proyecciones en la sala Pep Torrent, Fòrum dels Clàssics, El Otro Cine, Mujeres en Pantalla, etc., que lograron convocar entre todas un total de 2.130 personas a lo largo de todo el año. El resto de espectadores hasta las casi 46.000 personas asistieron a inauguraciones de exposiciones, Tardes de Libros, conferencias, presentaciones literarias, Gent de l’Eliana y Al Voltant de la Ciència, entre otras actividades.

El éxito de la programación cultural de 2016 no solo ha sido a nivel artístico y participativo, también lo ha sido en lo económico. El concejal de Cultura y Alcalde de l’Eliana, Salva Torrent, ha destacado que “la recaudación en taquilla de los diferentes espectáculos de pago, a pesar de lo reducido del precio de las entradas, ha ascendido a 95.000 euros, cantidad nada despreciable teniendo en cuenta que el presupuesto total de todo lo programado es de 125.000 euros”.