Vicente Silvestre Espinosa

Gente de aquí
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Mi vida está aqui. Mi negocio. Mi familia. Mis amigos también.Nunca he pensado irme de l'Eliana. L'Eliana soy yo.Este es mi sitio, mi lugar. L'Eliana es TODA mi vida. Ahora tengo lejos a mi hijo, pero gracias a las nuevas tecnologías no hay día que pase sin hablar con él.

Cuando hablamos de Vicente Silvestre Espinosa, hablamos de un elianero por los cuatro costados. Hijo y nieto de elianeros, Vicente Silvestre nació en plena calle Major de l’Eliana hace ahora 55 años. El tercero de entre cuatro hermanos, Vicente es bien conocido en nuestro pueblo, por los helados artesanos de fabricación propia que todos sin lugar a dudas, hemos probado alguna vez en su emblemático negocio familiar de la heladería –horchatería ‘La Caseta’. Con un saludable aspecto físico, una amplia sonrisa y una mirada traviesa, Vicente Espinosa Silvestre recuerda como era l’Eliana de su infancia: “cuatro calles de tierra, campos, algunos animales de corral y unas poquitas tiendas. La mayoría de los vecinos vivíamos de lo que cultivaban nuestros padres en la huerta. Era L’Eliana de las puertas abiertas, de jugar en la calle, de bañarnos en las acequias en verano, de ayudar a nuestras madres a cargar los canastos llenos de ropa al lavadero, de la primera piscina en la fábrica de hielo y la de ponernos las botas de agua en invierno para no llenarnos de barro y mojarnos los pies.”, comenta risueño. “Mucho ha cambiado el pueblo desde entonces, pero para mí, esa Eliana está llena de buenos momentos y anécdotas que recuerdo con mucha felicidad. Si había algo malo, la verdad que se me ha olvidado”. A Vicente Silvestre, algunos amigos todavía lo conocen con el apodo de ‘EL CONDE’, un sobrenombre con el que también solían llamar mucho antes a su padre. De entre las primeras cosas que nos cuenta Vicente destaca que sus abuelos fueron caseros en la Torre del Virrey, además de que empezó a trabajar muy pronto; como casi todos los chicos de la época en el pueblo. “En verano era de obligado cumplimiento ir a la huerta a ayudar después del colegio. Aquello de arrancar las malas hierbas no me gustaba nada. Quería aprender cosas, saber el porqué, cómo se hacían, y si se podía, también ganar dinero para mis gastos. Siempre me gustaron los negocios, de hecho, con sólo 10 años o menos, recogía caracoles en el campo y luego los vendía casa por casa. Por ser, también fui monaguillo en la Iglesia Parroquial. Recuerdo además, vender los banderines del cura Don Ricardo. Aquellos que decían:Valencia para trabajar y L’Eliana para descansar’. Entre mis primeros trabajos estuvo el del ‘Forn Comes’, con la ‘Tía Doloretes’ y el ‘Tío Miquel’. Me encantaba estar en el horno. También trabaje un tiempo en el supermercado Marco y hasta en una en una fábrica de muebles. Aunque aquello no duró mucho. Durante unos cuanto años fui albañil, con José Fuster. Terminada la mili en Bétera, a la que me fui de voluntario, empecé a trabajar en la IBM. Un trabajo que cambió mi vida, aprendí muchas cosas y del que guardo los mejores recuerdos como empresa.

Vicente estás felizmente casado con Montiel ella es de Benaguacil, ¿Cómo la conociste?

La conocí justamente en ese pueblo. En aquel momento era el centro neurálgico de la comarca y toda la fiesta estaba en Benaguacil. Allí pertenecían las cuatro discotecas de moda. Era el sitio al que acudíamos los jóvenes de l’Eliana. La conocí en una de ellas, La quinta Avenida, recuerda sonriente. Teníamos 16 o 17 años y empezamos a festear. Llevamos juntos más de 35 años. Nos casamos enseguida. Padre orgulloso de dos hijos, una chica de 29 años, y un chico de 32, Vicente asegura que junto a su mujer, “son lo más importante de mi vida” y la emoción embarga por unos instantes sus palabras.

¿Y cómo surgió la idea de la heladería – horchatería Vicente?

La heladería surgió pensando en un trabajo para Monti. Ella quería volver a trabajar. Había estado en Litell Kiss desde antes de casarnos Yo estaba por aquel entonces en la IBM. Estando todavía allí, montamos ‘La Caseta’. Debe su nombre porque era la caseta de mi tío Tonet, que me había tocado como herencia. Aquí estaba en sus tiempos la barbería del pueblo que él llevaba. La parte de trasera fue durante años un almacén para guardar material y algunas otras cosas. Ahora es nuestro negocio y forma de vida.

¿Cómo te hiciste heladero artesano?

A mí siempre me ha gustado saber hacer las cosas y además hacerlas bien. Dejé la IBM con 35 años, cuando empezaron las bajas incentivadas voluntarias y el dinero que me dieron lo invertí en maquinaria. Yo quería que mis helados fueran, ”no buenos” , “sino muy buenos”, los mejores”. Las marcas que me traían y los proveedores del principio no me convencían. Recuerdo que Javier Comes me recomendó un pastelero heladero de León – Santiagó Pérez- . Lo llamé y allí empecé a saber de qué iba la cosa, a muy groso modo. Mi empeño en conocer y saber me llevó de un curso a otro, a la universidad, a la Asociación Nacional de Heladeros Artesanos. En fin, a conocer mí oficio. Creo que lo he conseguido. Los mejores helados artesanos no son los italianos. Ellos tienen el marketing. Los mejores helados son los que están bien hechos, aquí o allí.

Tienes un aspecto envidiable ¿Comes pocos helados?

No, contesta con seguridad: hago deporte. Desde muy joven siempre he estado con una raqueta en la mano. Descubrí el frontenis con los chaleteros. Primero con pelotas y raquetas rotas que sobraban. Luego con ellos que nos invitaban a sus frontones en sus casas como compañeros Con el tiempo fundamos el equipo de Frontenis en el pueblo, del llegué a ser su presidente, cuando tenía 24 años. El equipo llegó a ‘División de Honor ’y también formamos el equipo femenino de frontenis. Del frontenis pasé al esquach y ahora al pádel.

¿Nunca has pensado en irte de l’Eliana Vicente?

No yo todo lo hago aquí. Salvo salir alguna vez a Valencia a por algo en concreto o salir de viaje. Mi vida está aquí. Mi negocio. Mi familia. Mis amigos también. Ahora tengo lejos a mi hijo. Pero gracias a las nuevas tecnologías no hay día que pase sin hablar con él.

La última pregunta que os hacemos a todos en la entrevista de esta sección, Vicente, es ¿Qué significa para ti L’Eliana?

L’Eliana soy yo. Este es mi sitio, mi lugar. Aquí está mi casa, mi familia, mi trabajo y mis amigos L’Eliana es TODA mi vida .