L’Eliana es el mejor pueblo del mundo. No tiene color con respecto a ningún otro. Y lo digo con la boca muy grande: no hay pueblo como este”.
Constantino Antón Torrijos, Tino para sus amigos o Antón como le conocemos todos en el pueblo, es natural de La Olmeda, una pequeña aldea dependiente del municipio de Santa Cruz de Moya en la provincia de Cuenca, que dista tan solo doscientos metros del río Turia.
Hasta los siete años el inspector y jefe de la Policía Local de L’Eliana vivió en ese paraje de la serranía conquense, momento en que sus padres, como muchos de la época, decidieron buscar “Cap y Casal” en la ciudad de Valencia.
Tras acabar el Bachiller y el COU, Constantino Antón empezó a trabajar a los dieciocho años como administrativo en una cooperativa industrial en la que llevaba la contabilidad. Con la crisis económica vivida en los 80, un jovencísimo padre de familia se planteó hacer oposiciones en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. “Siempre como policía local”, afirma serenamente. “Eso lo tuve claro desde el principio, con todo el respeto que se merecen los compañeros de otros Cuerpos del Estado. Mi meta era, y ha sido siempre, la de ser policía local. Un puesto de servicio que me atrajo siempre y con el que pensé que podría velar por la seguridad de los ciudadanos de una manera próxima y cercana”.
Casado con una maestra y padre de tres hijos, un chico, Constantino, y dos chicas mellizas, Raquel y Virginia, Antón comenta que, tras aprobar las oposiciones y tener la posibilidad de elegir entre varios destinos, escogió L’Eliana, municipio al que llegó en enero de 1985 para quedarse. Han transcurrido ya casi treinta años.
¿Ha cambiado mucho L’Eliana desde entonces, Antón?
Claro, en aquella época ya teníamos este amplísimo término municipal, con su casco urbano y las urbanizaciones, pero solo había unos 5.000 habitantes. Ahora somos casi 20.000. Naturalmente que ha cambiado, pero, en lo esencial, ese cambio ha sido siempre en positivo y L’Eliana ha crecido con un orden. Su policía local sigue teniendo el mismo espíritu con el que nació bajo el mando del entonces alcalde Vicente Tarazona; espíritu que ha continuado hasta nuestros días con José María Ángel y todos los concejales de Seguridad Ciudadana a su mando, desde Luis Aguiló, pasando por Manel Tobet, Vicente Belda y, ahora, Isabel Castelló. Hablo de una policía al servicio de la ciudadanía, de una vigilancia preventiva de las urbanizaciones y de una respuesta lo más rápida posible al vecino que nos necesite. Evidentemente hemos evolucionado. Contamos con más tecnología, unos locales recientemente renovados y treinta y un agentes locales, casi todos universitarios o especializados y con un bagaje importante en temas como la violencia de género, la educación vial, etc. Pero el mérito de este desarrollo positivo hay que atribuirlo a su ciudadanía, afirma con respeto el jefe de la policía local.
¿Cómo es Antón, el inspector y jefe de la Policía Local de L’Eliana?
Mi despacho es un despacho abierto. Mi obligación es la de dar impulso a una plantilla de agentes que tienen que trabajar por la seguridad de los vecinos y del pueblo. Yo soy un gestor y un enlace de los recursos con los que cuenta esta plantilla para trabajar y ayudar a los ciudadanos. Creo que hemos desarrollado una muy buena base técnica y humana. Mi labor es la de administrar y organizar lo mejor posible los recursos de que disponemos para que reviertan en la seguridad de la población, y que el resultado, además, sea bueno. Pero también es igualmente importante conocer a todos los vecinos y que los policías locales estemos integrados en la sociedad en la que ejercemos nuestro trabajo. Nuestro objetivo es transmitir confianza, seguridad y cercanía.
¿Qué tipo de pueblo es L’Eliana desde el punto de vista de la seguridad?
L’Eliana es, en general, un pueblo seguro. No tiene una delincuencia propia como sucede en otras poblaciones. Es un pueblo poco problemático; es tolerante, solidario, acogedor y muy activo. Claro que se dan casos de robos o timos, pero en general es una sociedad plural, respetuosa y cívica.
¿Es difícil ejercer de jefe de la Policía Local, Antón?
La jefatura es siempre algo provisional. Yo soy inspector de policía, ese es mi cargo. Mi paso como jefe es ocasional, pero mientras este sea mi puesto intentaré conseguir los mejores medios para procurar dar el mejor servicio. Esa es mi función.
Acabamos esta entrevista y lo hacemos con la pregunta que siempre cierra esta sección: ¿Qué significado tiene L’Eliana para ti, Antón? “L’Eliana es el mejor pueblo del mundo. No tiene color con respecto a ningún otro. Y lo digo con la boca muy grande: no hay pueblo como este”.