Carlos Zamora Sanchís

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L’Eliana tiene un gran significado para mí, no sólo porque es el lugar en el que ejercido mi profesión de maestro de manera muy gratificante. L’Eliana es un símbolo de integración. L’Eliana te acoge. Y con eso lo digo todo”.

Villamarchante fue el pueblo que vio nacer a Don Carlos Zamora Sanchís hace 62 años. Sin embargo, para este maestro infatigable, con toda seguridad uno de los más queridos de nuestra comunidad, L’Eliana es su pueblo, y el colegio Virgen del Carmen su hogar. El director del primer colegio público del municipio, tuvo que dejar la docencia y con ella la dirección del centro después de 30 años de ejercicio por un inoportuno infarto que sufrió hace ahora tres años. “Me jubilé a la fuerza porque se me rompió el corazón. Tuve la gran suerte de que me hicieron un trasplante a tiempo. Algo que agradeceré toda la vida”. Carlos Zamora es maestro desde los 18 años. Estudió bachiller y magisterio en el Colegio Luis Vives de Valencia y tras terminar la carrera de Filosofía y Letras decidió hacer oposiciones. “No fui de los mejores” dice sin perder la sonrisa. “Saqué la plaza 66 de 70 con un cinco y algo pelado. Mi primer destino fue Barcelona para luego ir a Mataró y Viladecants. En esta última localidad me tocó la alfabetización de adultos. Les enseñaba a leer y escribir. Eran los años 70 y empezaban los ‘Certificados de Estudios’ y luego el ‘Graduado Escolar”. ¿Cómo llegó a L’Eliana Carlos? “Yo escogí este pueblo porque salieron unas plazas de profesor y, estaba cerca de Villamarchante, de donde era mi familia. Ya me había casado con Lourdes, nacido mi primer hijo y queríamos regresar a Valencia. Elegí L’Eliana y acerté. Casi toda mi carrera docente ha transcurrido aquí en el colegio Virgen del Carmen, el primero que tuvo este municipio. Me siento profundamente orgulloso de haber sido su maestro, su director y formar parte de esos que llamamos entre nosotros ‘los de la foto’. Éramos y seguimos siendo un equipazo. Un conjunto en el que, además de buenos maestros con muchas iniciativas y ganas de trabajar, somos además buenas personas. Hemos constituido una gran comunidad educativa y una gran familia entre los que, además de los docentes, sumo a los alumnos y a los padres”. ¿Por qué cree que el colegio Virgen del Carmen siempre ha destacado como referente en L’Eliana? “Tanto en L’Eliana, como en la comarca, como a nivel institucional. Tenemos crédito porque sabemos lo que hacemos, nos preparamos y lo llevamos a cabo. Han sido tanta las iniciativas educativas de toda índole a las que hemos dicho sí. Y lo hemos hecho sin miedo, con responsabilidad y sobre todo con compromiso. Son incontables y ya no tengo buena memoria pero, por poner ejemplos, diría la creación del consejo escolar, la creación del AMPA…” ¿Qué recuerda con mayor satisfacción a lo largo de tantos años de trabajo? “Sin duda el haber incorporado la línea en valenciano. Es algo de lo que me siento muy satisfecho. L’Eliana respondió, como en casi todo”. ¿Y qué le ha dado más dolores de cabeza, Carlos? “Muchos dolores de cabeza he tenido, entre las paredes y patios del cole” - responde ágilmente- “Aquí hemos estudiado entre barracones, hemos hecho obras, hemos tenido dispersa a la comunidad estudiantil, algunos cursos llegamos a tener hasta mil alumnos. Como en todo hay que tener paciencia y aguante. Sin embargo, lo que más agradezco al cabo de tantos años de enseñanza, es ese saludo cariñoso que me brindan los alumnos y ex alumnos por la calles de L'Eliana. Ese recibimiento cálido de los profesores cuando voy por el colegio. Ese gesto afectivo con el que te recuerdan siempre que te ven también sus padres”, comenta emocionado. “Me siento querido”, afirma sonriendo. Nos toca despedirnos del maestro, no sin antes preguntarle qué significa para él el pueblo de L’Eliana. “L’Eliana tiene un gran significado para mí, no sólo porque es el lugar en el que ejercido mi profesión de maestro de manera muy gratificante. L’Eliana es un símbolo de integración. L’Eliana te acoge. Y con eso lo digo todo”.