Estoy contento de haber elegido L’Eliana para vivir. En este pueblo estoy tranquilo. Me gusta su gente, su clima, sus costumbres. Me gusta que me saluden y me reconozcan como un vecino más cuando paseo por sus calles y, sobre todo, me gusta haber encontrado tan buenos amigos".
Alfredo Salazar nació en el Madrid de 1936 en plena estallido de la guerra civil. Hijo de médico su vida de niño transcurrió en diferentes pueblos de la provincia de Soria a los que a su padre iban destinando por cuestiones de trabajo. ”Siempre quise pintar desde muy pequeño y lo empecé a hacer con una caja de pinturas que mi madre me regaló a escondidas de mi padre” nos relata este artista de prestigio, cuyas obras han desfilado por distintas galerías del panorama nacional, así como también por ciudades como Berlín, Estocolmo, Roma o París entre muchas otras. Y es que este reconocido pintor contemporáneo, tenía clarísimo que los suyo era la paleta y el pincel, aunque su padre se empeñase en que estudiara ingeniería o cualquier otra disciplina más clásica. Así a los 17 años pasó por varias facultades que fue descartando porque ninguna era lo suyo, una de ellas la de Perito Agrícola. Allí sin embargo, comenta, “tuve la suerte de trabajar en la oficina del Mapa Agrónomo Nacional que estaba justo al lado de lo que sería luego la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Lugar en el que me matriculé y me examiné por libre sacando la carrera en sólo tres años con muchos sobresalientes. Luego accedí a una oposición para ejercer de profesor de dibujo para doctorarme finalmente y ser catedrático en esa la Facultad”. Alfredo Salazar combinó la docencia con el ejercicio de la pintura y las exposiciones a lo largo de los últimos cuarenta años. Casado con otra reconocida pintora, Celia Ferreiro, se instaló en L’Eliana cuando se jubiló. “Por razones de cercanía familiar hace unos 12 años, vine de visita y lo tuve claro: entre el frio del norte y la bendita temperatura y la singularidad de este pueblo no dudamos ni un momento nos quedamos en L’Eliana”. A sus 76 años Alfredo confiesa que no sabe el número de cuadros que ha pintado: “miles diría yo, entre los que he pintado por encargo, los que he hecho por libre albedrío y los que he expuesto y los que sigo haciendo porque no se hacer otra cosa, ya he perdido la cuenta”. ¿Cómo es su pintura Alfredo? “Empecé como todos con los paisajes. Pero yo soy un pintor figurativo. Siempre me ha gustado mucho el pastel, tanto que creo que se me han borrado las huellas dactilares de tanto usar esta técnica, afirma sonriendo, la mejor técnica para pintar. Los desnudos, casi siempre de espaldas, protagonizan muchos de sus cuadros, en lo que tampoco faltan los retratos. Ahora utilizo más el óleo”. ¿Ha cambiado su pintura a lo largo de los años? Si claro, ahora mis cuadros están llenos de luz como esta tierra. Un proceso que ha salido solo, antes el gris era lo que predominaba en mis pinturas. Pero sigo pintando lo que me gusta, parajes, retratos, rincones especiales”. Y… a pintar se aprende Alfredo? “Claro, contesta rotundo, se aprende la técnica, pero lo que te diferencia, lo que te hace ser un pintor de verdad es algo innato, algo que está dentro de ti y que traspasa el lienzo. Con eso se nace. Eso no es posible aprenderlo en ninguna parte”. ¿y vivir .. se puede vivir de la pintura? “Bueno yo lo he podido hacer. Eran otros tiempos, me pedían muchos encargos, exponía en galerías de renombre y todo combinado con mi sueldo de profesor y mi mujer que también ha pintado mucho, si he podido explica. Ahora es todo más difícil y la crisis no perdona ningún sector menos el del arte”. Para terminar le preguntamos ¿Que ha encontrado aquí en L’Eliana un pintor importante como Vd. que ha viajado y vivido en los escenarios más cosmopolitas de la pintura nacional contemporánea? “Yo me siento contento de haber elegido L’Eliana para vivir. En este pueblo estoy tranquilo. Nos gusta su gente, su clima, sus costumbres. Me gusta que me saluden y me reconozcan como un vecino más cuando paseo por sus calles y sobre todo me gusta haber encontrado tan buenos amigos. Definitivamente creo que hemos elegido bien. Ser de L’Eliana, eso en sí, es todo un lujo que no me voy a perder”.