A menos de un mes para las nuevas elecciones, parece que todo vale. De pronto el entendimiento se ha producido y ahora sí es posible el acuerdo entre IU y esa plataforma de intereses llamada Podemos, dejando bien claro que aquí nadie habla de programas comunes, ni tampoco se cuestiona como lo que ayer era sumar churras con merinas, hoy no es solo posible sino hasta deseable e imprescindible. Todo ello a pesar de las teóricas insalvables distancias ideológicas.

Está claro que con esta unión de intereses (que no es otra cosa) realmente lo único que se persigue es aprovechar los beneficios de la ley D'Hont, meter a su gente dentro de las listas y con ello controlar la "mesa" para así conseguir grupo y obtener todos los asociados pingües beneficios. Ese es su único y verdadero objetivo. De los proyectos tangibles, mejor no hablamos para nada, no interesa. El único objetivo es el poder, los cargos y el dinero por encima de los intereses de los Ciudadanos.

Al tratarse de un simple y claro mercadeo, donde todos los asociados salen ganando con mas parlamentarios por tanto mayor poder económico. Unos salvan lo que podría ser un estrepitoso fracaso político y otros alivian sus arcas tan necesitadas, paradójicamente a costa de su credibilidad política. Pero, al parecer, todo vale en el gran casino de la política española

Esta unión favorece el voto del miedo.

Facilitando el discurso a quién hasta ahora tenía muy complicado mejorar los resultados obtenidos, tanto por su comportamiento irresponsable estos últimos meses como por las continuas y permanentes corruptelas de su Partido, que amenazan cada vez más el entorno del Presidente (en funciones y sin funcionar). Y difícil a quién busca el bien común, pretendiendo cambiar las cosas desde la coherencia y la tranquilidad sin entrar en guerras con nadie.

Siempre he mantenido que si con los resultados anteriores no se ha podido formar gobierno es simple y llanamente porque dos líderes políticos en concreto no han sabido, o mejor dicho querido, hacer prevalecer los intereses de sus conciudadanos sobre los suyos personales. Mis dudas son: ¿Como entonces van a poder explicar a los españoles un futuro posible acuerdo entre ambos el día 27 de junio? Y si esto sucede...¿No deberían ser penalizados por su manifiesta incompetencia?

¿Cuándo seremos capaces de poner a cada uno donde le corresponde? El día 26 tenemos una muy buena oportunidad. No la dejemos escapar, es un momento de cambio real. Aprovechémoslo.

Salvador Martínez 

Concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de l'Eliana

Hay un lugar al oeste de L’Eliana donde reina el silencio. A diferencia del vecino cementerio, ni siquiera se acerca nadie una vez al año a depositar flores, salvo, quizá, los familiares de la víctima de un tristísimo accidente acaecido hace unos años. En tan desdichado lugar, yacen enterradas las ilusiones y el escaso capital de los que un día creyeron poseer las magras tierras que heredaron de sus mayores. Jubilados, pequeños comerciantes, trabajadores y autónomos configuran el grueso de esta desvencijada tropa a la que ya no le quedan energías para reivindicar lo que les corresponde y a la que, de vez en cuando, se le ve transitar por allí como sombras en la nada. En el colmo de la desdicha hasta se secó un manantial de aguas presuntamente cristalinas que nunca llegó a brotar. Solo podemos contemplar, a modo de monumento funerario, el edificio que debió albergarlo. Para mayor oprobio, solo se percibe la vida en un vial que lo atraviesa camino al Templo del Consumo y que se pavimentó con huesos de cadáveres.

Al igual que en la película “La lista de Schindler” los nazis pavimentaban calles con lapidas de judíos, este vial está realizado con el dinero de los que nunca obtuvieron nada a cambio de hipotecar su economía. “El bien común” argumentarán los sumos sacerdotes locales, aunque sea a costa de una minoría cuyo único pecado fue adaptarse a las exigencias e iniciativas de estos. “Creed en la resurrección”, musitan de vez en cuando a falta de hechos. Pero es difícil mantener la fe cuando ellos mismos carecen de ella y poco hacen para que nada cambie. Y, por favor, que no se culpe a los escribas (léase funcionarios) de lo que en los escritos se redacte. ¡Que reine el silencio! El silencio ignominioso del muerto en el armario. Un muerto a cuyo olor, por desgracia, todos nos hemos acostumbrado. Descanse en paz el Polígono Industrial de L’Eliana. 

Jose Luis Coll Torrent

29/05/2016