Futuro por decreto

El Aguijon
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Nuestro Presidente del gobierno, nuestros ministros de Economía, Hacienda, nuestro gobierno en suma, ha decidido que ya estamos en futuro. “La crisis pertenece al pasado”, Con esta sentencia, aunque usted y yo no lo notemos, aunque el parado acabe paro y subvención, aunque los contratos que se formalizan, sean en su inmensa mayoría de unas horas a la semana –encontramos trabajo pero seguimos sin poder pagar la luz y la hipoteca- nos encontramos con que la realidad oficial, es otra, tan idílica, que el que tiene un trabajo ya no tiene que preocuparse porque pueda perderlo. Desde que hemos entrado en esa virtualidad de la pérdida del miedo, decenas de empresas siguen presentando ERES, estados de insolvencia, de quiebra…

O sea, vamos a dejar de lado lo que vemos y vivimos en la calle y estemos mas atentos al televisor que es quien nos informa del estado de bienestar ya reconquistado por decreto. No cabía esperar otra cosa en un año cargado de urnas, municipales, autonómicas y generales. Un año cargado de mítines, besos a los niños, abrazos y apretones de manos al pueblo en el que viven en época electoral. Abandonan sus palacios de invierno y se mezclan con la plebe, en palpable demostración de que están aquí para servirnos, que son unos mas de nosotros.

En Paterna, un edificio terminado y equipado para trasladar la obsoleta administración de la Seguridad Social, donde los ordenadores se les caen, salta la luz,, sigue sin efectuar el cambio, porque como somos cortos de memoria, si se hubiera hecho desde que el nuevo edificio quedó útil , no luciría como va a hacerlo si el cambio se realiza en caliente, a un mes o dos de las elecciones. En Lliria, un hospital equipado está esperando más de una año cerrado para poder inaugurarlo en el momento preciso: unos días antes de que nos llamen a votar. Y claro, como somos tontos-según creen-, pues acudiremos cantando alabanzas a la gestión de estos padrastros de la patria y depositaremos nuestro inmaculado voto de agradecimiento con el ruego expreso de que sigamos viviendo en este país de las maravillas que nos ofrece la tele de plasma.

El único que sigue “apoyao en el quicio de la mancebía” es Montoro, que usando los datos de “su Hacienda”, amenaza a políticos, artistas, escritores, futbolistas, a cualquiera que no le sea afín, para amenazarle con que sabe donde vive, y que ponga su bolsillo en paz con Hacienda.

Y cuidado con “los otros”: los malos, que si entran a gobernar nos quitaran la segunda casa, no pagarán la deuda, nos sacarán de Europa…

Señor, señor,…

Miguel Ángel Martínez Collado