Secuestrando a Dios

El Aguijon
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Arde París: arde en sangre derramada cruelmente, indiscriminadamente. Arde París, con el combustible de la locura, de la intolerancia, del fanatismo rancio de quienes creen que algún Dios, puede pedir carnicerías humanas en forma de presente para mayor gloria de quién le adora..

No sé si existe algún Dios. Podría llamarse Alá, incluso. Lo que no existe en ninguna de las religiones que sobreviven al tiempo, es una sola palabra en sus escritos, que aliente a la barbarie, al dolor, a la inmolación involuntaria de vidas humanas.

Durante muchos siglos, también la Iglesia Católica, usó el nombre de Dios en vano. Y se formaban cruzadas contra el infiel. Y hogueras contra los herejes. Pero por Dios –por ese Dios-Santo: estamos en el siglo XXI. Y el fanatismo ha secuestrado a Dios para hacerlo abominable a los ojos del mundo. No podemos confundirnos: no matan los islamistas. Lo hacen quienes se quieren apropiar de una creencia. A los islamistas les cabe, están obligados, a repudiar, a denunciar, aponer en manos de la justicia a los locos miserables que les arrebatan su Dios, y las vidas de personas ajenas o no a cualquier creencia. Creer en sí, no es malo. Respetar vidas, ideas, convivencia, es, no solo bueno, es absolutamente necesario, imprescindible.

El problema de Francia de estos días es el problema de cada ser humano habite donde habite y crea en lo que crea..Y tiene que caer el mayor peso de la ley sobre estos locos que manejan vidas ajenas. Porque Paris arde hoy del mismo modo que España murió en atocha en 2004 y del mismo modo que EE.UU ardieron en sangre inútil aque fatídico 11-S.

Y que ningún político de ningún lugar, juegue mañana a rentabilizar la locura y el holocausto que estamos padeciendo. Ya hemos vivido épocas donde se patrimonializaba la sangre a favor del voto. El terrorismo, es el enemigo a batir por toda la humanidad.

No se si sirve de consuelo, pero España, el mundo ,llora por Paris. Paris, somos todos

Miguel Ángel Martínez Collado