Montaner no es Compromís

El Aguijon
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MONTANER NO ES COMPROMÍS

Usurpando esperanzas

 

Si es Vd uno de los  618 ciudadanos que votaron a Compromís en las recientes elecciones generales, o está entre los 1919 que votaron a Compromís-Bloc-Iniciativa-Verdsequo en las autonómicas, es natural que esté pensando en votar a Compromís per l’Eliana en estas próximas municipales.

En  mi opinión, se equivocarán. Porque la trayectoria política de la persona que encabeza esa candidatura ha demostrado, durante la pasada legislatura, responder no tanto a los valores ni a los ideales de ese grupo político, sino, más bien, a sus propios intereses personales.

Verán, creo que hacerse con el control de un partido político en un pueblo con la población del nuestro resulta bastante fácil. En los grupos mayoritarios, el número de afiliados activos quizá lleguen, con generosidad, al centenar. Entre los más pequeños, hay dificultades hasta para constituir la lista electoral de 17 posibles concejales con militantes propios y activos.

Adueñarse de una marca política en alza, como era Compromís en 2015, no debió resultarle muy difícil al clan familiar que encabeza Isabel Montaner. Se quitó de en medio a todos los miembros del Bloc que formaban parte de ese grupo y sin ninguna actividad política previa conocida, subida a la cresta de la ola que protagonizaba la formación en esa época, se encontró, casi por sorpresa, con dos concejalías. 

Los hechos que hemos presenciado durante estos cuatro años avalan, a mi parecer, la tesis de que la concejala Montaner ha utilizado los votos recibidos, en su propio interés personal y no tanto para defender los objetivos de los electores que le votaron.

Repasemos:

Los votos de  Compromís permitieron investir al alcalde Torrent, previo acuerdo de un programa común de gobierno, del que se excluyó a Esquerra Unida, socio tradicional del PSOE durante todas las legislaturas anteriores. 

Pero cuando llegó el turno del reparto de responsabilidades y sueldos,  la Sra. Montaner se subió a la parra de las exigencias y apenas una semana más tarde de la investidura, anunciaba la ruptura del acuerdo (mejor dicho, pretendió que pareciera que había sido el PSOE el que lo rompía, siendo ésta la primera discrepancia con el medio en el que escribo, porque la noticia se tituló con la verdad y no con el titular que ella pretendía. Y ya que estamos en ello, les contaré que el divorcio total se consumó un día más tarde, cuando una de nuestras redactoras le preguntó en rueda de prensa, si esa decisión de romper un gobierno de izquierdas no defraudaría a sus electores recibiendo las increpaciones correspondientes. La consiguiente  publicación en esta sección, de una crítica de la maniobra   (ver https://vivaleliana.com/index.php/el-aguijon-la-eliana/3408-multipartito) arruinó la relación para siempre. A partir de ahí, hemos sido objeto prioritario de su inquina y maledicencia expresadas en formas diversas). Punto y aparte.

Volvamos a la crónica. Despechada, la Sra. Montaner se pasa a la oposición. ¡Y qué oposición! Oposición, de “¡os váis a enterar de lo que vale un peine por no darme lo que quería!” ¿Del programa? Nooo… De los sueldos

Hay una anécdota curiosa de aquellos días que refleja bien la realidad. En uno de los primeros Plenos de 2015, Montaner promueve que los Plenos se celebren cada mes en lugar de cada dos meses “para fomentar la participación ciudadana” … y de paso, cobrar dieta doble.

El equipo de gobierno – en ese momento PSOE con Esquerra Unida – Els Verds a quienes el PSOE ha recurrido una vez más para tener mayoría – se las ve venir y  acepta la propuesta, pero reduce las dietas por pleno a la mitad, dejando las cosas más o menos, igual. Montaner en ese pleno – está grabado – se queja amargamente y verbaliza: “Clar, a vostés no les importa perque com jo soc la més pobreta…” Hay que ir a los plenos para darse cuenta de estas cosas y alucinar.

Y un desliz. Escribiendo en el malogrado Eliana 2000 se le escapa “en mi nueva profesión (de política)…” ¡Maldito subconsciente!

La oposición de Montaner a un equipo de gobierno de izquierdas que pretende llevar adelante el programa con el que ella mismo invistió a Torrent es tan dura que palidece e invisibiliza al PP que asiste incrédulo al espectáculo. Mociones y más mociones – siempre en temas de boquilla -, salidas de tono y hasta amenazas con recurrir a los juzgados. Pasen, pasen y vean los plenos grabados.

Y de pronto, un día, año y medio más tarde el alcalde Torrent anuncia un acuerdo con Compromís para entrar en el equipo de gobierno.  Se quiere hacer ver que el Pacto del Botánico les ha dado un toque de atención, pero la realidad es mucho más cutre y prosaica: entre Torrent y Lorente no hay química; el alcalde no duerme tranquilo dependiendo de ese voto para tener mayoría y decide, a mi manera de ver,  comprarle los dos votos a Montaner. He opinado reiteradamente que esto fue una compra –  venta - porque el papel de cambio no tuvo nada que ver con una aceptación de eventuales propuestas de la oposición de Compromís. Se firmó el llamado Pacto del Virrei, que era una simple copia del que se pactó en la investidura. Lo que cambió sustancialmente fue la asignación a Montaner de tres áreas de responsabilidad de las que no quiso saber nada en 2015 – “porque no había trabajo que hacer en esas áreas” -   con una dedicación del 80% resultando en un sueldo de 38.400 anuales, es decir 3.200 euros netos al mes en 12 pagas anuales. Se acabó la oposición. Ahora toca mandar… y cobrar. Y de paso, ambos devolvieron el favor a Esquerra Unida – Els Verds, dejándolo manifiestamente al margen de la maniobra, en una actuación alejada de cualquier ética y de un mínimo de dignidad política.

De la manifiesta incompetencia de la concejala  en su gestión en las áreas de Igualdad y Transparencia no les voy a hablar porque he tenido ocasión de opinar cumplidamente en su momento en esta sección y no es el tema fundamental de este Aguijón – aunque no es éste asunto despreciable cuando se piensa en votar a un gestor público. 

En cuanto a su proximidad al ideario Compromís basta recordarles el abandono durante meses del Plan de Igualdad, finalmente destrozado; la increíble y deliberada opacidad en el área de Transparencia, reiteradamente denunciada y reiteradamente admitida pero sin solucionar jamás;  las constantes diferencias con Marietes, la única asociación LGTBi del pueblo; los reproches del CEL al nulo trabajo en Promoción Lingúistica; o la soterrada falta de sintonía, por prepotencia, con funcionarios y trabajadores del Ayuntamiento. Todo muy de izquierdas, muy de igualdad, muy de transparencia, muy de defensa del valenciano y muy de sintonía con los trabajadores. Muy de Compromís.

Puedo asegurarles que entre los ocho candidatos a la alcaldía, hay algunos que, en mi opinión, representarían el ideario y los objetivos de Compromís mucho mejor que la señora Montaner. 

Este domingo, ahí los tienen.

 

Germán López-Guitián

23/05/2109