Una FIDEUÀ de ALTURA

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Javi Aleixandre y Jorge Serrano, elianeros y amigos de toda la vida, decidieron cocinar una fideuà a 3.404 metros de altitud. Nada más y nada menos que en el Pic Aneto, la cima más alta de los Pirineos. Una anécdota que, sin duda, despierta la curiosidad de la gente pero que, a su vez, guarda un gran transfondo basado en el compañerismo y la amistad de estos dos jóvenes.


La historia de una amistad

“No pensábamos que le importara a nadie, nosotros lo hacíamos por la tontería y por contar la historieta después. Nos hace gracia que la gente nos de la enhorabuena por ello, no lo entendemos muy bien aunque lo agradecemos”. Una anécdota que, sin duda, recordarán siempre y que ya planean repetir en el futuro. “La fideuà salió de escándalo. Nuestro próximo reto es cocinarla en el Mont Blanc”.

Javi y Jorge son amigos desde muy pequeños. Todas las nocheviejas tienen el mismo ritual: regalarse uno a otro una naranja y comérsela a gajos en lugar de las tradicionales uvas de fin de año. “Además las personalizamos y les ponemos un mensaje de buenos deseos para el año que empieza”, comenta Javi. Hace tres años que Jorge tuvo que marcharse a Inglaterra para comenzar un nuevo trabajo de camionero y aunque casi todas las nocheviejas las pasan separados Javi no se olvidó nunca de su amigo y cada 31 de diciembre le mandaba una naranja a las tierras británicas. “Es un producto muy de aquí, de Valencia, así que tenía doble significado”, explica. Por el contrario, Jorge nunca le mandó las naranjas de vuelta a Javi así que le prometió a su amigo que, en recompensa, le invitaría a comerse una paella. Pero no una paella cualquiera, una paella en un lugar que, en sus palabras, “tenía que ser algo muy grande”, comentan entre risas. “Fue ahí cuando se nos ocurrió la idea. Vamos a subir a la cima del Aneto y cocinarla allí mismo”.

Subida a la cima

El Aneto con una altitud de 3.404 metros sobre el nivel del mar es el pico más alto de toda la cordillera Pirenaica. Situado en el Valle de Benasque, provincia de Huesca, en el Aneto se encuentra el mayor glaciar de los Pirineos, en la cara norte y a partir de los 2.810 metros sobre el nivel del mar, con mas de 100 hectáreas de superficie.

La ascensión al Aneto es de las más duras de todo el Pirineo, aunque la mayoría de las diferentes rutas para subir el Aneto no presentan dificultad técnica alguna, hay que tener en cuenta que se trata de un pico muy exigente por el desnivel a superar, -mas de 3.000 metros- y por la presencia del glaciar, el más grande del Pirineo, que supone mas de una hora de caminata, lo que conlleva riesgos. “Los dos somos montañeros y sabíamos lo que hacíamos pero íbamos super equipados. Llevábamos, además de todo, todos los utensilios y los ingredientes necesarios para realizar la fideuà. Eso sí, teníamos el caldo hecho en un Tupper y todo lo indispensable para realizar este plato en unas condiciones tan extremas”, comenta Javi.

Un plato de altura

Aunque hubieron unos ligeros cambios – cambiaron la paella por la fideuà- los dos montañeros se aventuraron a la cima con un propósito. “Nos costó porque íbamos bastante cargados, pero la verdad es que salió un día soleado en el que hizo muy buen tiempo y eso ayudó bastante” comenta Javi. Pasaron el paso de Mahoma y cuando llegaron a la cima la gente que estaba por allí se sorprendió de que se pusieran a cocinar allí mismo. “Fue un puntazo y las personas que estaban allí se querían hacer fotos con nosotros y con la fideuà. Al terminarla la probaron todos y coincidieron en que estaba buenísima”, dice riendo Javi. Los dos amigos son amantes de la montaña, “pensamos en dejar la paella en la cruz ,donde la gente deja algunos objetos al subir, pero pensamos que podríamos ofender a alguien así que desistimos. Nosotros somos partidarios de dejar las cosas, tras nuestra partida, como si nadie hubiera pasado por allí”.

La historia de la fideuà ha atraído la atención de muchos. “No pensábamos que le importara a nadie, nosotros lo hacíamos por la tontería y por contar la historieta después. Nos hace gracia que la gente nos de la enhorabuena por ello, no lo entendemos muy bien aunque lo agradecemos”. Una anécdota que, sin duda, recordarán siempre y que ya planean repetir en el futuro. “La fideuà salió de escándalo. Nuestro próximo reto es cocinarla en el Mont Blanc” dicen entre risas.