Hace unos días, me llamó por teléfono una amiga con la que hacía tiempo, no hablaba, teníamos muchos asuntos sobre los que ponernos al día y la conversación pronto derivó hacia el conflicto de Ucrania. Me contaba cómo le costaba últimamente encender el televisor. Después de dos años de un gran desgaste mental y emocional por la pandemia, cuando por fin parecía veíamos la salida y nos ilusionábamos con recuperar ( esta vez sí ) la normalidad, de repente algo mucho peor: una guerra .¿Qué hay peor que una guerra?. Sin duda, resulta muy doloroso presenciar su horror y, claro las personas activamos inconscientemente ese mecanismo de defensa que nos prevenga o eviten el sufrimiento. En el caso de mi amiga, apagar el televisor. La conozco muchos años y sé de buena mano de su compromiso social, así que la entendí perfectamente en el actual contexto.
Ese mismo día, ya por la tarde-noche mientras paseaba con mis perras, me cruce con una vecina cuya familia se había ofrecido como acogedora de las familias ucranianas desplazadas que huían del conflicto en el bus fletado por este Ayuntamiento. Aunque iba en coche se detuvo al verme y se acercó a compartir conmigo que su familia continuaba muy interesada en mantenerse como familia acogedora: "sabemos que las familias ya han sido acogidas y nos alegramos mucho de ello, pero por favor contad con nosotros en el caso de que lleguen más". Ya dentro del coche se despidió repitiendo "Gran trabajo el que está haciendo mi Ayuntamiento y ejemplar más aún si cabe, el personal de los servicios sociales".
Continuando con el paseo, esta conversación me hizo pensar en la solidaria, generosa, ejemplar y genuina (no me cansaría de añadir adjetivos positivos ) respuesta que había dado la ciudadanía de l´Eliana ante esta urgente necesidad de ayuda humanitaria, acudiendo a la convocatoria de la reunión informativa organizada por los servicios sociales, contando con la presencia de nuestro acalde, hasta hacer pequeño el salón de plenos. De repente, ya sabemos cómo de veloz transita el pensamiento, me conecté con la inesperada llamada de mi amiga y celebré cómo nuestros ciudadanos habían decidido mirar de frente a la TV, aceptar que el conflicto forma parte de nuestras vidas e integrarlo adoptando una actitud proactiva ante él. Y eso me hizo sentir orgullosa y agradecida como persona, como vecina de este municipio y como concejala, y volvía casa con la convicción de que, juntos como sociedad, lo lograremos. Lo hemos hecho siempre, y lo volveremos a hacer ahora. Nos tienen a nosotros.
María José Valenzuela, Concejala de Políticas Sociales.