Ricardo Arnau Zamorano

Gente de aquí
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L’Eliana es como ese hijo que tanto quieres y que has visto crecer. Vivir aquí es un regalo que Dios me hace cada día".

Ricardo Arnau Zamorano o Don Ricardo, como suelen llamarle todos por aquí, es natural de Godella, lugar en el que nació hace ya 83 años. Afincado en l’Eliana, más de cincuenta, más de cuarenta de ellos ejerciendo como párroco en la Iglesia de Nuestra Sra. Del Carmen, Don Ricardo conoce muy bien este pueblo, en el que también ha decidido seguir viviendo tras su retirada de la vida parroquial activa.

¿Cuándo decidió ser cura D. Ricardo?

Bueno, yo entré en el seminario con 11 o 12 años. Desde niño siempre me había llamado la atención y a esa edad hice el examen de ingreso pertinente. En mi casa, sobre todo a mi madre, no le entusiasmó mucho la idea, al principio. Pero tampoco me pusieron ninguna traba.

¿Cómo se puede saber con tan poca edad que se quiere ser sacerdote?

No lo sé. Antes había sido monaguillo en mi pueblo, había pertenecido al coro de la iglesia. Tenía una buena voz de tiple. Me atraía esa idea de ser cura. Pero pienso que realmente cristalizó al cabo de los años. Fue con 17 o 18 años cuando definitivamente sentí que se clarificaba en mí la vocación. Cuando valoré que se trataba de disciplina mental, de horarios, de seguir unas conductas, de esfuerzos, de una vida ordenada y determinada. No se parecía a lo que yo había soñado de niño, pero a eso quería dedicar mi vida.

¿Dónde se formó?

Primero en Valencia en el Seminario Menor de la Avda. Pio XII. Ya luego fui a Moncada al Seminario Mayor.

¿Qué se estudia para ser sacerdote?

Los estudios estaban divididos como en tres grandes áreas o niveles. Primero cursas estudios Latinos, luego Filosofía y terminamos con Teología.

Y si no hubiera sido cura ¿qué habría hecho?

Pues no lo sé. Supongo que hubiera trabajado la tierra como mis padres que eran labradores en Godella. Pero he de decir que ser cura tampoco fue una obsesión.

¿No se arrepintió de esta decisión? ¿No ha tenido ganas de tener otro tipo de vida?

En honor a la verdad, no. No es que no haya dudado nunca. Porque sí, alguna vez me planteé cómo hubiera sido tener una familia con hijos. Cuando veía a mis hermanos con los suyos, o a los amigos en tiempos de vacaciones etc. Fueron rachas superables. En general me he sentido fiel a mis convicciones y he sido honrado con ellas.

¿A qué edad se ordenó como sacerdote? ¿Fue l’Eliana su primer destino?

Tenía 26 años cuando me ordené como sacerdote. En la Vall de la Gallinera, en Alicante, fue el primer sitio donde me destinaron. En tres pueblos muy pequeñitos: Patró, La Carroja, y Benissili. Allí estuve tres años. Fui muy feliz. Luego pase a Carlet otros tres años. Una población muy grande. Hasta que llegué a l’Eliana, un 7 de julio de 1963.

¿Cómo llegó hasta aquí?

Pues teníamos un amigo dentro de la diócesis de Valencia que me habló de l’Eliana. Yo nunca había estado aquí. Yo quería llevar mi propia parroquia y quería estar en un pueblo pequeño como era l’Eliana de ese entonces. Cuando llegué estaban asfaltando las primeras calles del pueblo y poniendo el alcantarillado.

¿Y no le decepcionó?

No. La verdad es que trabajé mucho y al parecer la gente de l’Eliana no tenía muy buen recuerdo de mi predecesor. Enseguida me acogieron muy bien y me abrieron las puertas.

¿Cómo era L'Eliana de los 60?

Pues empezaba a ser el germen de lo que es hoy. Llegué cuando empezaban también a construirse los primeros chalets. La Iglesia estaba hecha unos zorros. Era gris, oscura y fría. Necesitaba arreglos. La iglesia era para mí como una esposa que necesitaba que la cuidaran. Hice muchas rifas, tómbolas, loterías y sorteos. El pueblo era muy solidario, emotivo, entusiasta. Me recibieron como caído del cielo. Me compenetré enseguida con l’Eliana.

¿Es Vd. un cura rojo?

Yo me considero un hombre de izquierdas Viví muy de cerca la transición que se experimentó en la Iglesia en tiempos del Papa Juan XXIII, cuando el Concilio Vaticano II. Un tiempo de apertura que se vivió en la Iglesia previo a la transición política tras la dictadura. En mi casa se producían muchas tertulias. Se leía el diario del Mundo Obrero. Se empezaba a respirar un aire de libertad que a mí me vino como anillo al dedo.

¿Cómo se vivió eso en l’Eliana?

Hice muchos cineforums y discoforums con gente joven. Tras las proyecciones siempre había diálogo y algunas que otras películas, títulos interesantes,.... Había baile los domingos. La misa ya no la hacía en latín, ni de espaldas a la gente. En L’Eliana había un ambiente divertido, más abierto, pero también cultural.

¿Ha echado la Iglesia un paso hacia atrás en los últimos tiempos?

Bueno, yo creo que sí. Ha habido un obispado más mediocre. Una Iglesia más rancia y con más miedo. Ahora con el nuevo Papa Francisco hay más esperanza. No podemos marginar a los homosexuales, ni a los divorciados. En la iglesia hace falta un movimiento como el de Podemos.

Se ha retirado de la vida parroquial en activo y no volvió a Godella ¿Por qué?

Lo decidí mucho antes de que se produjera mi retiro. Diez años antes había comprado esta casa en el barrio de Les Casetes. Para seguir estando cerca del pueblo, del parque, del Centro Sociocultural, de la gente.

Terminamos con la pregunta de rigor en esta sección. D. Ricardo ¿Qué significa para Vd. este pueblo, l’Eliana?

Sin duda alguna l’Eliana es el lugar en el que más tiempo he vivido. L’Eliana es como ese hijo que tanto quieres y que has visto crecer. Vivir aquí es un regalo que Dios me hace cada día.