Paco 'el quiosquer'

Gente de aquí
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Mi vida y mi trabajo los he hecho aquí, en L’Eliana. Es el pueblo que me acogió hace 42 años, en el que he trabajado, formado una familia y he hecho muy buenos amigos”

Francisco Martín Villegas nació en Fraile, provincia de Jaén, hace ahora 67 años. Sin embargo, relata con sencillez, “mi vida y mi trabajo los he hecho aquí en L’Eliana, el pueblo que me acogió hace 42 años, en el que he trabajado, formado una familia y he hecho muy buenos amigos”. Paco ‘El Quiosquero’, como le conocen todos en el pueblo, se estableció en L’Eliana por aquellas cosas raras del azar: “la culpa la tuvo Miguel Martínez Collado, un andaluz, arraigado en estas tierras, con el que compartí la milicia en el Sahara y sigo compartiendo amistad todavía aquí en L’Eliana. Al enterarse mi amigo, que al casarme me marchaba a Barcelona en busca de un futuro mejor, me recibió antes en Valencia junto a mi joven mujer y me convenció de quedarme por estos lares porque aquí había trabajo. Y así fue, tuve aquí mi a mis dos hijos, una chica y un chico, trabaje mucho, en distintos pueblos de la comarca, hasta que llegue a la fábrica de goma de L’Eliana, en la que permanecí hasta la pre-jubilación. Trabajé muy a gusto, tenía buenos compañeros y un jefe estupendo. Siempre he sido muy emprendedor, así que en el año 2003 monté también el quiosco de la calle Verge del Carme, que llevé mucho tiempo junto a Paquita, mi mujer. Paco, ‘El Quiosquero’, también es muy reconocido en L’Eliana por su afición al cante grande’, con una voz y sentimientos prodigiosos. El pueblo entero ha escuchado al quiosquero interpretar sus saetas desde diferentes balcones de L’Eliana en Semana Santa, en las fiestas patronales, en las Romerías del Rocío que celebra la casa de Andalucía y, ¡como no!, también ha reconocido el acento especial que ha imprimido durante los últimos once años en el Festival ‘Pinceladas Flamencas’ que dirige su buen amigo Janto Gil. Humilde y generoso, cuenta sincero que no es un hombre de estudios, no se ha formado musicalmente y tampoco ha tomado nunca clases de canto. “He trabajado desde que tengo uso de razón, de pequeñito era pastor de ovejas en el campo y mi afición por el cante grande, la copla y demás, comenzó escuchando a los más conocidos de la época que sonaban en la radio de una vecina. Me aprendía las letras de tanto que las ponían y a mí me encantaban”. Cuando le digo lo bien que lo hace, raudo Paco contesta, “no, yo no soy de los grandes, yo soy un simple aficionado con unas condiciones mínimas, que le gusta el cante y que trasmite lo que siente, nada más. Grandes son Antonio Molina, uno de mis preferidos, junto a Juanito Valderrama, o Rafél Farina, u otros más jóvenes que también van por el buen camino como Miguel de Tena que lo hace muy bien. Yo soy un feliz aficionado que canta cuando se lo piden y que todos los martes desde hace 18 años acude a una cita ineludible en Lliria, con el coro rociero Renacer que dirige Vicente Gil”. Y de L’Eliana… ¿Qué nos puede decir Paco? “Anote esto” - me dice contundente y sensible a la vez - “Yo soy de Fraile, el pueblo que me vio nacer y del que nunca renegaré, pero cuando falto una semana de L’Eliana es como si me faltara el aire y enseguida quiero volver”.