Juan Pedro Burgos

Gente de aquí
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Juan Pedro Burgos Moreno, nació un  30 de junio de 1965, en el pueblo de Higueruelas  en pleno corazón de la ‘Comarca de la Serranía’, - como a él le gusta nombrarla- nos apunta expresamente. “Porque es así como se llama,  La Serranía. Su traducción al valenciano, ‘Els Serrans’, es un gentilicio, y no es correcto”, explica con amplia sonrisa y mirada vibrante. “Yo siempre me he considerado un chico de pueblo. Me crié en Higueruelas y sólo salía de allí  para estudiar. Primero en 5º de EGB  y luego en COU, que hice en  Villar del Arzobispo, un pueblo colindante. Entre medias  me mandaron a  Cheste, ciudad en la que estudié interno en la universidad laboral,  a través una beca. No solía  ir  a la ciudad de Valencia,  sino en contadas ocasiones o  por algo especial. Pertenezco a una familia trabajadora. Mi padre trabajaba en la planta de minerales del pueblo, primer productor de arcilla de la comarca. Mi madre se ocupaba de la casa y de los niños.  Mis  padres tenían un sueño  -cuenta con gratitud no exenta de admiración- . “Que sus hijos estudiaran una carrera. A base de  esfuerzo y mucho trabajo, ese sueño se hizo realidad. Todavía hoy, somos los única familia en Higueruelas en la que todos los hijos estudiamos en la universidad”.

¿Cuántos hermanos sóis? 

Somos tres chicos. Yo soy el segundo, ese que siempre está en el medio incordiando entre el mayor y el pequeño. Vamos el que siempre formaba más jaleo. Mis padres todavía viven los dos. Mi padre tiene 89 años y mi madre 85. Son mi referencia y los admiro muchísimo. Hemos tenido la gran suerte de criarnos con unos padres ejemplares, a los que jamás hemos visto discutir. Eso sí. Mi madre es la que siempre ha  llevado el bastón de mando. Lo ha hecho y todavía lo sigue haciendo  muy bien, ahora con bastón físico incluido. Yo diría que mi familia ha sido un matriarcado.

Eres abogado, estudiaste derecho en la Universidad de Valencia, ¿cómo fue esa experiencia para ese chico de pueblo que  nunca había vivido en la capital y por qué decidiste ser letrado?

Pues impactante como puedes suponer. Yo escogí esa carrera casi a  suertes. Soy una persona de letras puras,  pero yo no tenía ni idea de lo que quería estudiar a los 17 años.  Una profesora  un día en clase nos preguntó qué queríamos estudiar  y ser después. Uno de mis mejores  amigos  le  contestó que   quería ser abogado.  Yo, sin pensármelo dos veces, le  dije que también.  Llegué a la universidad y el derecho me enamoró sin lugar a dudas. Si no hubiera sido así lo hubiera dejado. Los tres hermanos pudimos sufragarnos la estancia en la capital, gracias a una familia de la calle Moratín,  a la que quiero muchísimo, en la que mi madre hizo lo que antes se conocía  “como estar de amo". Éramos, como los hijos de esa familia. En el transcurso de 8 o 9 años pasamos todos los hermanos por allí y acabamos la carrera. 

¿Trabajas como abogado?

Si. Desde  1991 cuando acabé  los estudios. Entré en lo que en aquél entonces era el Banco de la Exportación, que luego se convirtió en Catalunya Caixa, una entidad bancaria que actualmente y tras varias crisis, ahora pertenece al BBVA. He aguantado las tres crisis económicas más importantes. Como letrado he vivido experiencias durísimas. Sin embargo, creo en  que a las personas siempre hay que tratarlas como personas. He estado en el comité de empresa de la provincia de Valencia como presidente, con CCOO, durante dos mandatos, defendiendo los derechos de esas personas en la entidad bancaria.Una presidencia en la que resulté elegido por unanimidad en ambos períodos de tiempo.

Sin embargo, Juan Pedro, de todos es conocida tu afiliación política ligada a las siglas del Partido Popular, lo digo por lo de CCOO y el comité de empresa...

Yo soy liberal por definición. El derecho te da una visión muy amplia de la vida, de las cosas.  Yo estoy  ligado a la política desde que tenía 14 años. De hecho he sido el fundador de la Mancomunidad de la Serranía, de la que fui su presidente durante ocho. Además de abogado y trabajador,  me gusta la política. Durante 12 años fui concejal por el PP en Higueruelas. Llevé las concejalías de Hacienda, Personal y Urbanismo. Creo en la política de gestión. La que hace más fácil la vida de los vecinos. Desde el comité de empresa he defendido los derechos de los trabajadores de la banca, también la de los jefes más grandes. En el banco, desde que entramos hasta que salimos, somos todos números. Ese número que marcamos nada más abrir el ordenador. Pero la realidad es que somos ante todo, como te dije antes,  personas.  

¿Qué es para una persona como tú ser liberal? ¿Cuál es tu filosofía?

Cómo decía Gregorio Marañón ser liberal es estar dispuesto a entenderse con el que piense de modo diferente. Amo por encima de todo la libertad de expresión, pero infinitamente  más la libertad del otro. Estoy de acuerdo absolutamente con la propiedad privada. Mi casa, mi coche son propiedad privada. También mi bicicleta o mis libros. Mi filósofo de cabecera es el francés Michel Onfray. El defiende que” liberalismo no es sinónimo de capitalismo. El primero es una forma de repartición, mientras que el último es una forma de producción”.

Tienes perfil de letras. Según has manifestado eres de letras,  de letras puras. Esta última temporada te hemos podido leer en una crónica semanal en el Diario El Mundo: Tierras Adentro ¿de dónde viene esa vena escritora –periodística? 

Yo he escrito artículos en el  Diario El Mundo hace muchos años. También en el ABC con sus antiguos directores. Amo los libros y amo escribir, porque todo, todo, como dice la canción,  está en los libros. Este verano me dio por  recuperar esa columna y le pedí cita al actual director de Valencia para tener la posibilidad de poder escribir. Para mi sorpresa  aceptó enseguida.  He vuelto a las andadas con  esa columna semanal que habla de los pueblos y de otras cosas: Tierras Adentro. En ella cito siempre a mis  dos pueblos. Porque tengo dos pueblos que quiero infinitamente. El de mi origen, Higueruelas,  y L’Eliana del que me enamoré a primera vista,  vivo, y en el que me enamoré también de la que hoy es mi mujer: Teresa Ferrer.  L’Eliana es  el pueblo que llevó también en mi corazón.

¿Eres una persona religiosa y costumbrista? Tanto en l’Eliana,  como en Higueruelas y otras localidades, vives mucho  sus fiestas, aquí también. Las Fallas, estás en la del Mercat.  Formas parte de la Junta Local Fallera de l’Eliana. Te recuerdo siempre junto a la imagen de la Mare de Deu, o en los actos más importantes, de la Semana Santa,  o en  otras fiestas locales de envergadura,  disfrutando y  formando parte  activa de las mismas...  

No la verdad es que no soy religioso. Casi te diría que soy ateo, todo lo contrario de mi madre que es una persona muy creyente. Pero sí, soy una persona que ama las tradiciones y las costumbres de los pueblos. Soy  esencialmente un chico de pueblo. En Higueruelas saco en andas al Cristo de la Piedad cada 14  de septiembre. Pero no por eso soy religioso. Tampoco comparto cosas como  estar contra el aborto. Eso es una decisión de la mujer. Creo en la eutanasia y en el divorcio.  Creo en la libertad de escoger ser lo que quieres ser y hacer. 

Quien te conoce sabe que desbordas alegría a tu paso. ¿Eres un hombre feliz?

Lo soy. Mi misión en la vida es ser feliz. No puedo cambiar el mundo pero si contribuir a que seamos un poco más felices. Siempre estoy contento. Me gusta mi trabajo. Estoy enamorado de mi mujer. Ella me ha hecho ser mejor persona. Me gusta el pueblo en el que vivo.  Soy muy de  este pueblo aunque llevé aquí pocos años. Aprecio mucho más tomarme un bocata con mis amigos  en el Torrent, que una gran comida en un restaurante de postín. Me gustan mis vecinos, encontrármelos por la calle y saludarles cada día. Tengo dos hijos maravillosos. ¡Tengo pasión por la vida!

¿Y cuál es tu fórmula?

Vivir el presente, porque el pasado no existe y el futuro tampoco. ‘Carpe Diem’ es mi frase cada mañana al empezar el día.

Y, l’Eliana… ¿qué es para ti este pueblo?

El sitio donde quiero morir y en el que quiero que me entierren.