Desilusión

El Aguijon
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DESILUSIÓN

Desilusión, porque lo que aparentemente se presentaba como un pleno de mero tramite sin ningún tipo de propuesta concreta para la Eliana se convirtió en algún momento en un intercambio de ideologías y eslóganes prefabricados que no benefician para nada a la ciudadania.

Desilusión, porque teniendo ocasión de alcanzar un consenso, hay partidos (PP) que se empecinan en ser cortoplacistas y acaban dejando las cosas como están, quizás para poder seguir quejándose, esta vez sin razón, del supuesto rodillo aplicado por el PSOE en este Ayuntamiento.

Desilusión, porque aún no estando de acuerdo en como se desarrolla habitualmente el turno de 'Ruegos y Preguntas' por parte del público (somos los primeros que pensamos que ese turno debería respetar un mínimo de orden y evitar que las preguntas se conviertan en discursos inacabables), cuando así lo hemos expresado se nos ha manifestado que la libertad del publico asistente debe ser total.

En esta ocasión, sin embargo se impidió, bajo mi punto de vista, la libre expresión de un ciudadano que quizás molestaba con su intervención a algún miembro del actual gobierno hasta el extremo de que la misma fue criticada en voz alta  (una vez más) por algunas personas (familiares de la aludida) presentes en el público, sin que fueran llamadas al orden por parte del Alcalde.

Desilusión, porque la persona en cuestión terminó por ausentarse del pleno sin haber podido expresar libremente su opinión. Algo insólito en esta legislatura, donde hasta la fecha se ha dado plena libertad a los presentes para intervenir y expresar su opinión en el pleno, como así ocurrió a posteriori con otras intervenciones.

Desilusión, porque creemos que las normas y costumbres deben de ser por igual para todas las personas, nos guste o no su intervención. Lo contrario se puede interpretar como sectarismo.

Creo sinceramente que esta ocasión no se estuvo a la altura necesaria.

Mis conclusiones son muy sencillas: por un lado consensuar es llegar a un acuerdo de mínimos, donde cada uno de los participantes pierde una parte de sus aspiraciones por el bien general. Y por otro lado, cuando no hay normas ni reglamentos, aplicar limitaciones puntuales se convierte en un abuso de poder por parte de quien las aplica.

 

Salvador Martínez Medina.

Concejal Ciudadanos L’Eliana