L'Eliana... ¿un paraíso?

El Aguijon
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En un reciente artículo, el presidente del PP de L'Eliana, Sergio Montaner, ha escrito que este pueblo es un paraíso [sic]. Semejante afirmación, en boca ni más ni menos que del jefe de la oposición municipal, ha dejado a más de medio pueblo con la boca abierta.

Y añade que somos un pueblo moderno, hospitalario, con un magnifico modelo de ciudad, con ciudadanos con inquietudes sociales, solidarias, culturales, deportivas,… [sic].

Y todo esto después de 36 años de gestión municipal en manos del mismo partido, de las mismas personas [sic], o sea de los sucesivos gobiernos de izquierda.

En fin, para echarle tantas flores al adversario político tampoco hace falta ponerse chovinista.

Vamos a dejarlo, si les parece, en que L’Eliana es un pueblo singular, que ha sabido pasar, con bastante acierto y en muy poco tiempo, de ser una simple pedanía a un pueblo de veraneo, para convertirse después en pueblo residencial. Un pueblo que es un ejemplo de integración entre recién llegados y gente de aquí de toda la vida. De tolerancia. Con un nivel y una calidad de vida envidiables. Con un ambiente cultural apasionante. Abierto a la modernidad, pero respetuoso y defensor de sus tradiciones. Sin un escándalo político en todos estos años. Sin rastro de corrupción. Sin delirios urbanísticos. Sin megalomanías. Un pueblo con proyecto y con futuro. Un pueblo en el que todos nos sentimos orgullosos de vivir.

Y como si de pronto se hubiera dado cuenta de lo que estaba escribiendo, Montaner se monta una pirueta intelectual para afirmar, sin rubor y sin un solo argumento que, en realidad, en todo esto, en la paciente construcción de este paraíso, la coalición de izquierda que lleva gobernando 36 años seguidos, no ha tenido nada que ver. Y seguramente tampoco los ciudadanos que los vienen designando para gobernar, sin permitir que el partido del Sr. Montaner haya tocado bola.

Y como no entiende este milagro, entonces saca la caja de los truenos y arroja encima de la mesa el cajón de sastre de slogans de medio pelo, que adornan su “actividad” opositora. Que si la contribución sube, que si el agua no es potable, que si se gasta mucho, que si las farolas,…

De la supuesta apocalíptica deuda municipal que nutrió sus primeros tres años de enredos ya no habla porque le dejó ridículo el argumento el Tribunal de Cuentas y el mismísimo Ministerio de Hacienda que dirige su propio partido. De los otros slogans, tiempo vamos a tener para hablar. Que esta interesada ceremonia en la que todo vale para confundir y sacar tajada, va a quedar pálida ante la realidad, la razón y la verdad.

Sr. Montaner: sea o no sea L’Eliana un paraíso, por favor, déjelo como está. No nos lo vaya a estropear.

Germán López-Guitián