Carta al repugnante macho

El Aguijon
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Cada semana, repugnante macho apareces en los medios de comunicación donde se narra tu última demostración de hombría haciendo el macabro uso de tu autoridad para quitar la vida a una mujer que para ti, mas que una vida, es una propiedad patrimonial que te pertenece, porque ella solo es una mujer y tu una bestia.: lo mas parecido a una hiena, pero eso si, hiena macho.

El pasado día 8, la violencia de género nos dejaba en España tres muertes (dos mujeres y un hombre) y una mujer herida.. Aquí al lado, en Paterna-donde resido- nos arrancaron la vida de una mujer emprendedora, querida, resuelta y conocida por todos nosotros. Dos niños de seis y cuatro años, sus hijos, presenciaron la masacre.

El razonamiento de tu asqueroso cerebro, suele funcionar con parecida fórmula en cada caso de muerte que duele a la sociedad, porque en cada una de las muertes que provocas, la propia sociedad muere un poco. Al tiempo que vomita sobre tu estampa en cada ocasión que ejerces tu bestialidad. Tu cerebro de hiena macho, decide que si no es tuya, mejor muerta. Porque la propiedad hay que defenderla con uñas y dientes como el ministro Trillo defendió Perejil..

A veces. Puedes hacerlo hasta delante de tus hijos, es más, a veces, los matas a todos a la vez, o puedes matarla a ella cuando está embarazada, porque todo lo que tenga que ver con ella forma parte –por tu propia decisión- de tu patrimonio. Luego, algún siquiatra, puede encontrarte algún signo de perturbación mental –vaya descubrimiento- y te puede salir la orgia de sangre por un corto tiempo de internamiento que compensa tu reputación de repugnante macho.

Yo, ignorante como soy en temas de siquiatría , solo creo que eres un impotente, frustrado, borracho, mal trabajador, degenerado, que arrastra la sospecha – y ahí aciertas- de que todo el mundo es superior a ti.

Y además, te digo, que todos deberíamos movernos para pedir una ley que te de el tratamiento que tu hombría se merece. Para que puedas entrar en una celda llena de pulgas y te pudras durante el resto de tiempo que tus asquerosos pulmones tengan aire para respirar. Y que esa vida, fuera lo suficientemente larga como para que tengas tiempo de ahogarte en tus propias deposiciones. Si bien, pudiera ocurrir que tus deposiciones te gusten y pudieran reforzar tu podrida salud alimentada de tu mierda y de la sangre derramada.

Recibe mis mejores deseos de que termine de perforarse tu estomago y tu cabeza, antes de que vuelvas a quitar otra vida humana como forma de reivindicar lo que te pertenece.

Miguel Ángel Martínez Collado