¿Año nuevo?...Ya veremos

El Aguijon
Fuente

Buscaba yo las palabras que reflejen el optimismo para dedicar este artículo al año que ya comienza su relevo con el que se nos viene encima, pero no me siento capacitado para las reflexiones que transmitan esperanza. Como broma-o no-, puedo recordarles el compromiso de la infanta Cristina de marcharse de España para no regresar nunca más. Sobrevivo con júbilo a esta amenaza, pero poco más encuentro, con el fundamento suficiente para tirar campanas al vuelo.

Tres elecciones a la espalda, y la amenaza permanente de acudir a las cuartas, antes de cumplir la legislatura. Le pregunto a un amigo, sesudo pensador político sobre el panorama actual, y me dice que el gobierno del PPSOE, solo tiene la trayectoria que a Susana Díaz, tenga a bien concederle..

Salvo en la derecha, que solo hay una, grande y libre, los partidos de izquierdas, aquellos que usaban las consigna común de unirse para desalojar del poder a los del Ibex-35, cuando logran reunir en el Congreso una mayoría para cambiar las cosas, no son capaces de lograr que nada cambie.

Es el problema eterno de las muchas izquierdas que forman la izquierda. Presumen de que la pluralidad democrática es sana, y que las distintas corrientes, significan que las ideas fluyen con libertad. Pero la realidad, es que las distintas corrientes, no desembocan en un mismo río, para nutrirlo del agua que lo haga navegable. Van a parar a distintos riachuelos, arroyos, que pierden su vigor y que terminan muriendo en la nada.

Vean sino que ocurre en el PSOE, que después de quedar tocado, ahora lo hunden esas corrientes internas que no confluyen. Vean, el partido que empezó luchando con una sola voz contra “la casta”, y que ahora se fragmenta, por conseguir ser la casta de la anticasta.

A nivel local, pueblos con mayoría de izquierdas no logran aprobar presupuestos, porque anteponen el interés partidista a los intereses locales. Afortunadamente, en muchos otros, más sensatos, logran el apoyo de partidos que no gobiernan pero quieren que su ciudad avance. O que a cambio, piden puestos en el gobierno para poder influir en las decisiones, cosa totalmente legítima, que para eso están en política.

Trasladando esta ausencia de optimismo, fuera de nuestras fronteras, EE.UU acaba de elegir al hombre más poderoso del mundo, que tiene preocupado a sus votantes y al resto del mundo sobre el que ejerce su poder. Más cerca, en Europa, la ultraderecha, solo navega en confluencia, como una gran corriente, que pone en peligro la democracia y los derechos humanos. Véase, Gran Bretaña, Francia, Hungría, Alemania Austria.

En este escenario, se nos presenta de pronto el año 2017. Celebro y felicito a las mentes preclaras que lo vean como un lago que contiene 365 días llenos de una remanso de paz. Por mi parte, no me encuentro en estado de angustia, pero sí de incertidumbre y desasosiego. Quiero que se administre mi voto, los veinte millones de votos, para que este país avance, para que en el mundo, los derechos humanos se respeten. Para que el fanatismo no use el nombre de ningún Dios para segar vidas humanas..

En fin, el regalo se irá abriendo poco a poco. Susto o muerte. Esa es la cuestión.

Miguel Ángel Martínez Collado