María Trinidad Alegre Gay

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L’Eliana es el sitio que me recuerda lo que hizo mi padre. Una gran obra para un gran pueblo".

Elegante, perspicaz, expresiva, con don de palabra y una gran capacidad de análisis, unido a una sonrisa espléndida y una mirada espectacular, Maruja, como la conocen casi todos sus amigos, irradia carácter y seguridad por los cuatro costados. A sus 77 años reconocidos sin tapujo alguno, la hija de José Alegre Rubio y María Asunción Gay, reconoce que no le importa para nada decir que nació en el año 37 del siglo pasado durante la guerra civil, en pleno centro de la ciudad de Valencia. “La edad no tiene ninguna importancia “asegura risueña, “lo importante es estar bien”.

Con una claridad concisa, la hija de Don José Alegre Rubio, empresario taurino y teatral, emprendedor de grandes iniciativas y reconocido en l’Eliana como una de las personas que impulsó, junto al General Pastor, su independencia de la Pobla de Vallbona, a finales de los años 50 y realizador de la parcelación de lo que hoy es la zona de Montealegre, explica: “Una gran parte de lo que es ahora l’Eliana ha sido posible gracias al esfuerzo y trabajo de mi padre, un hombre que por encima de todas las cosas fue una persona trabajadora incansable, buena y generosa en todas las acciones de su vida”.

Viuda antes de cumplir los sesenta, madre de cuatro hijos,Teresa, Eduardo, Asunción y Cristina Quinzá Alegre, comenta cómo se produjo su vinculación con l’Eliana. “Indudablemente fue por mi padre. Aunque vivíamos en Valencia ciudad y siempre hemos sido muy urbanitas, l’Eliana fue el sitio en el que mi padre se volcó tanto como persona, como empresario, comprando una gran extensión de tierras que incluía los términos de Ribarroja, La Pobla y L’Eliana, e incluso Lliria. Su idea era, y fue durante mucho tiempo, desarrollar una gran finca y convertir esos terrenos secanos en terrenos de regadío, plantando toda clase de árboles frutales, cultivándolos, criando ganado y, lo más importante a mi juicio: creando trabajo”.

¿Su padre fue decisivo en su vida, Maruja?

Si claro. Éramos cinco hermanos. Yo la más pequeña. Quedé huérfana de madre con sólo 10 años. Pero mi padre, un trabajador y emprendedor incansable, se ocupó de darnos una buena educación. Yo particularmente no hice una carrera, pero fui una chica bien educada,en toda la extensión de la palabra.Nunca le di un disgusto y me proporcionó una buena vida, que todavía disfruto, en gran parte gracias a él.

¿Qué recuerdos tiene de esa Eliana que su padre contribuyó a desarrollar?

Recuerdo lo que nos contaba mi padre. Un pueblo que tenía las calles por asfaltar, una gran cantidad de terreno. Una gran pinada que hoy se ha convertido en la zona urbana de Montealegre. También la Torre del Virrey, que mi padre adquirió y reconstruyó. Un sitio emblemático de l’Eliana que la familia donó,creo que por los 90, al Ayuntamiento en tiempos de Tarrazona. También recuerdo que la primera casa que se construyó allí fue la de mi padre en la que curiosamente nunca pernoctó. Una casa familiar que realmente ocupamos mi marido, mis hijos y yo cuando estos fueron llegando. Un sitio en el que veraneamos mucho tiempo, vivimos y que hoy ocupa mi hija Teresa, que vive allí.

¿Pero Vd. ha vivido en l’Eliana, no?

He pasado grandes temporadas en l’Eliana desde muy joven. Nosotros hemos sido también veraneantes, “chaleteros”, como dicen algunos en el pueblo.Tengo muy buenos amigos en l’Eiana, familias amigas de toda la vida con las que hemos compartido muchas cosas. Los Virosque, los Tudela, los Monzonís,etc. He vivido y trabajado también allí. De hecho cuando enviudé asumí la presidencia de la sociedad familiar situada en lo que hoy es la rotonda de Montealegre, responsabilizándome de la misma durante muchos años hasta que la vendí. Conozco l’Eliana a fondo y desde muchas perspectivas. Actualmente tengo una casa y un pisito precioso en el pueblo. Ahora vivo normalmente en Valencia. Y me dejó caer de vez en cuando por allí. Sobre todo en verano o cuando visito a mi hija.

¿Cómo fue la relación de su padre con el pueblo?

Pienso que mi padre fue muy querido por todos. Trabajo mucho tanto en la finca de regadío y también cuando se empezó a construir en los terrenos de su propiedad, lo que hoy es Montealegre. Mi padre era un hombre de negocios, emprendedor. Fue empresario de las plazas de toros de Valencia, de Murcia, o Cartagena, propietario de la de Benidorm, empresario del Teatro Principal y el Teatro Apolo, entre otras cosas. Pero mi padre se volcó en l’Eliana. Creo honestamente, que gran parte de lo que es hoy en día l’Eliana, de que dejara de ser pedanía de la Pobla, también se debe a él. Él trabajó por ese tema junto al General Enrique Pastor,un general de la Guardia Civil. A pesar de que éramos los “chaleteros” de la época, contribuímos al desarrollo de l’Eliana, como también han hecho otros que han llegado de fuera. La construcción de la zona de Montealegre es obra de mi padre. Cuando alguien necesitaba algo, si estaba en sus manos lo hacía. Sin esperar nada a cambio. Recuerdo una vez que los jornaleros de la finca, en un descuido, se les quemó la bolsa con el jornal de la semana y estaban muy afligidos. Cuando mi padre lo supo tomó cartas en el asunto y reparó la pérdida. Antes que nada, las familias tenían que llevar el dinero a casa. O, aquella anécdota con el alcalde Daries cuando se cayó el puente del barranco del Mandor y éste le preguntó a mi padre:”Alegre, ¿qué hacemos?” Y mi padre le dijo que cogiera la tierra que necesitara para hacer otra vez el puente.Todo esto lo explico sin negar nunca el buen hacer que han tenido los tres alcaldes que he conocido: Daries, Tarrazona y por supuesto José María Ángel, con los que me he llevado siempre estupendamente y les quiero muchísimo.

¿De quién fue la idea de ponerle el nombre de Montealegre a la zona?

Pues fue a mí realmente a quien se le ocurrió. Mi padre me preguntó. ¿Cómo le podemos llamar a este sitio? Y yo le contesté: pues es un monte y es tuyo. Y le dije “Monte Alegre”, pero no como se escribe ahora Montealegre, sino Monte Alegre, con las palabras separadas. Ese fue el nombre original. Recuerdo que cuando mi padre nos enseñó el lugar por primera vez yo me quedé perpleja. Allí no había nada más que monte Y el nos dijo: l’Eliana será algún día algo importante, mejor que la Canyada. Y no se equivocó.

¿Creo que hay una calle en la zona con el nombre de su padre, no?

Sí – rie- . Finalmente le han puesto otra vez la placa que llevaba tiempo descolgada. Pero hubiera estado bien tenerla en el casco urbano como el General Pastor, con quien trabajó tanto. Pero no me quejo mucho

Se casó y tuvo cuatro hijos. Por orden, Teresa, Eduardo, Asunción y luego Cristina. Enviudó para los tiempos que corren relativamente joven. ¿Cómo conoció a su marido Maruja?

Eduardo Quinzá y yo nos conocimos en una feria de Fallas. Yo acababa de volver de Sevilla también. Y él dijo ”esa va a ser mi mujer” y claro que lo fuí. A los 30 años ya tenía cuatro niños. Mi marido fue una persona maravillosa, un gran padre y un hombre guapísimo. Parecía un actor de cine - cuenta con orgullo mientras muestra algunas de sus fotografías -. Murió relativamente joven con 60 años.

¿Qué significa la familia en su vida Maruja?

Lo más importante de todo. Tengo cuatro hijos, y cuatro nietos. Ellos están siempre presentes en mi pensamiento. Ahora me iré unos días de viaje con mi nieta mayor, porque tengo que repartirme y no puedo con todos.

Una de sus hijas Asunción Quinzá Alegre, es concejala actualmente del Ayuntamiento de l’Eliana por el Partido Popular y, además, tiene un cargo de responsabilidad en el equipo de gobierno autonómico, como Secretaria Autonómica de Gobernación. ¿Qué tal lleva lo de la política?

Yo en eso no me meto. Tampoco hablamos de política en casa. Es una norma. Ese es su trabajo y su espacio, yo lo respeto. La política no entra en casa, sino la familia, los hijos, los nietos. … Y si me quiero enterar de algo para eso está la prensa. Sólo puedo decir que mi hija es una mujer admirable, una excelente abogado, una gran trabajadora, una gran madre de familia y estoy muy orgullosa de ella. Al igual que de todos mis hijos.

Si le parece, le hago la última pregunta con la que solemos cerrar esta sección … ¿Qué es para Vd. l’Eliana?

Ahora es el sitio que me recuerda lo que hizo mi padre. Una gran obra para un gran pueblo.