María Hervás

Gente de aquí
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Pertenecer al Cor de L’Eliana, comenta María, es una de las cosas más grandes en mi vida. Allí me olvido de los problemas. Me encuentro a mí misma, comparto con grandes amigos, me curo de todos males y encuentro la paz. El Cor es una gran familia con la que aprendo y disfruto cantando.La música es la mejor de las medicinas. Formo parte del Cor de L’Eliana desde hace 15 años y confieso que es mi debilidad”

Como ella dice “soy simplemente María y chufera de nacimiento, pues mi pueblo de origen es Alboraya, pero a L’Eliana, la escogí para quedarme por lo que soy una elianera por decisión propia”. María Ferrer Herbás acaba de hacer nada menos que 81 años, pero por su resolución, vitalidad y físico no parece tener más de 60. La de en medio de tres hermanas María se confiesa como la rebelde de su casa. Avanzadilla para la época enseguida quiso trabajar y se buscó oficio en una de las farmacias /ortopedias más emblemáticas de Valencia -en la plaza de la Reina- llevando los pedidos. “Allí aprendí a pinchar”. Después de varios años se fue a Madrid y siguió el rumbo que siempre ha marcado su vida: el interés en ayudar a los demás. Así empezó a trabajar en el antiguo hospital de La Concepción. Llevaba la limpieza de las habitaciones y ayudaba a los enfermos. Su avidez por aprender era tal, que a pesar de que debía de mantenerse económicamente a sí misma, se sacó el título de bachiller alternando su trabajo con el estudio. Título al que el seguiría después el de “Enfermera” que era lo que siempre quiso ser. Atender unos años más tarde a una de sus hermanas que había caído enferma y también a su madre ya mayor la trajeron de vuelta a Valencia. Su trabajo como enfermera lo desarrolló a partir de ese momento en el Hospital la Fe hasta su jubilación. Alegremente vestida, maquillada suavemente con la viveza prendida en su mirada y un tono de voz claro y conciso dan cuenta del interés de esta mujer en todo lo que le rodea. “Llevo viviendo en este pueblo los últimos 25 años de mi vida. Vine aquí como chaletera y he estado muchos años viviendo en Entrepins. Pero como ahora soy mayor y siempre he sido una mujer práctica que hace mucha vida en el pueblo decidí vender la casa y venir a vivir al casco urbano de L’Eliana. Estoy muy contenta de vivir L’Eliana. Soy una vecina totalmente integrada en este pueblo, preocupada por todo lo que aquí pasa e interesada en todo lo que aquí se hace”. La afición más más grande en la vida de esta enfermera jubilada es cantar en el Cor de L’Eliana que dirige Juli Hurtado. “Pertenecer al Cor de L’Eliana, comenta al respecto María, es una de las cosas más grandes en mi vida. Allí me olvido de los problemas. Me encuentro a mí misma, comparto con grandes amigos, me curo de todos males y encuentro la paz. El Cor es una gran familia con la que aprendo y disfruto cantando. La música es la mejor de las medicinas. Formo parte del Cor de L’Eliana desde hace 15 años y confieso que es mi debilidad”. Terminamos nuestra charla con María no sin antes preguntarle que es para ella L’Eliana. Es mi pueblo adoptivo. El sitio que he elegido y en el que decidí quedarme a vivir para siempre. No se me ocurriría nunca irme a ningún otro lugar porque este pueblo es mi casa”.