Es un pueblo abierto, acogedor y rico de vivencias. Y si te tengo que resumir en pocas palabras qué significa L’Eliana para mí, te lo resumo así: L’Eliana y especialmente mi rincón del Molí, SON MI PARAÍSO."
Mari Carmen Daries Coll nació muy cerquita de L’Eliana, justo en la zona del Plá de la Vallesa de Mandor, termino municipal de Ribarroja, lugar en el que su padre , Blai Daries, se estableció con su familia para encargarse de la fábrica de luz del Conde de Trénor, hace más de 8 décadas. “Allí mi padre instaló, con el permiso del Conde, tres muelas de moler trigo para transformarlo luego en harina. Años más tarde, el ‘Tío Blai’, -como llamaban a mi padre siempre en el pueblo- se trasladó aquí a l’Eliana, para montar la casa familiar que todavía está en pie y lo que durante mucho tiempo fue el ‘Molino de de San Vicente’. Mari Carmen, la menor de cinco hermanos, explica con una amplia sonrisa dibujada en su cara: “Pertenezco a una familia muy grande. Solo en mi jubilación, y de eso han pasado ya algunos años, nos reunimos casi 100 personas. Y, aunque no he tenido hijos, sólo entre sobrinos que son 21, nietos que son 25 y bisnietos que son 22, y 4 más que están por nacer entre este año y el próximo, ¡Saca la cuenta de cuántos somos!.
El apellido Daries siempre se ha relacionado con L’Eliana Mari Carmen...
Si claro. Empezando por mi padre que era una persona además de conocida muy querida por todos. Él era un hombre bueno que tenía un gran corazón. Ayudó siempre que pudo a aquellos que lo necesitaban. En la época de la guerra tenía siempre un saco de harina para dar aquellos que lo estaban pasando mal, arriesgando incluso el negocio familiar en esos tiempos. Pero a él no le importaba. Mi hermano Enrique también ha jugado un papel importante en l’Eliana. Fue el primer alcalde del pueblo cuando apenas pasaba de los 30 años. Los Daries formamos parte de la historia de L’Eliana, pero a mí no me gusta ni aparentar ni presumir de nada.
Mari Carmen, te criaste en una Eliana muy distinta a la de ahora ¿qué recuerdos tienes del pueblo de tu niñez?
Sin ninguna duda era una Eliana rural. Todo eran campos en aquellos tiempos. La zona del molino donde vivíamos, que ha dado origen al nombre de la calle actual, era un sitio de paso de los trabajadores y huertanos que venían de trabajar desde la Torre del Virrey o de la Almacereta. Nos saludaban y contaban historias y noticias de fuera y de los vecinos. Yo tenía la sensación de vivir en el extra - radio. Muy lejos del pueblo. Las mujeres en verano salían por la tarde para coser y charlar a la sombra de un nogal, ya desaparecido. Recuerdo las risas tranquilas de los niños, los baños en el rio Turia para escapar del calor, los juegos interminables en la Pinada, una zona de frondosidad salvaje, que ahora es el parque de l’Eliana. Una Eliana muy bonita
Sin embargo tu vida no tomó esos derroteros. Eres una mujer de carrera, independiente con una larga trayectoria laboral.
Estudié interna en el Colegio Sagrado Corazón de Valencia en el que hice el bachiller superior. Más tarde en la universidad, hice Humanidades y también Geografía e Historia. Supongo que estaba en la avanzadilla de quella época. Creo que fui de las primeras en sacarme el carné de conducir y también fui de las primeras en tener una moto y moverme por ahí con total independencia. Empecé a trabajar muy joven. Primero en una empresa familiar de autocares en Valencia, que alternaba dando clases de conducir en un pueblo de la comarca. Eso era muy raro en la época. Por motivos laborales me he movido en un mundo de hombres desde mi juventud. Aprendí a negociar, dialogar y trabajar con ellos y ganarme su respeto. Aprobé unas oposiciones a la Diputación, lugar en el que trabajé 37 años y del que salí para jubilarme. Sí. Pienso que he sido una mujer inquieta, atrevida y moderna, además de una trabajadora incansable.
¿Creo que además siempre te ha gustado el deporte y cuidarte no?
La verdad es que si. Me gustado la vida sana y el ejercicio. Empecé con la natación de pequeña. Siempre he ido al gimnasio y practicado ejercicio. No importa que tuviera que trabajar. Siempre he sacado tiempo para ello. De hecho esa sana costumbre es lo que me vinculó luego en la Escuela de Adultos de L’Eliana una vez jubilada. Llevo muchos años relacionándome con el yoga, el pilates y otras disciplinas afines.
¿Cómo ha sido tu paso por la Escuela de Formación de Adultos de – la FPA- de L’Eliana?
Pues muy buena, como todo lo que he vivido desde que me jubilé. Primero como alumna, luego formando parte voluntariamente de la Asociación y de su Junta Directiva. Cuatro años de Tesorera y los últimos tres como Presidenta. Un cargo que ejercí con mucha dedicación. Más porque me lo pidieron que por deseo propio. Acabo de dejarlo. Con mucho cariño ha tomado el relevo otras personas más jóvenes que con toda seguridad lo harán muy bien. Hemos dado mucho mis compañeros y yo. Siempre de manera totalmente voluntaria. Ha sido una experiencia enriquecedora a la que hemos entregado lo mejor de nosotros mismos. Ahora tengo una nueva meta. Me he apuntado a la oferta universitaria del proyecto “Unisocietat” de l’Eliana.
¿Te consideras una mujer plena?
Soy una persona feliz. Felizmente jubilada y con mentalidad positiva. Creo que soy una mujer llena y satisfecha que puede hacer lo que quiere. Desde limpiar la casa hasta viajar. Soy de esas personas que sienten la satisfacción del trabajo bien hecho. Tengo buenos amigos y una familiar espectacular. Planifico lo que quiero hacer. En breve volveré a viajar con mi grupo de siempre. Conocer nuevas costumbres nuevos países me gusta mucho. He recorrido los cinco continentes.
Tenemos que poner el punto y final a esta entrevista Mari Carmen. No sin antes preguntarte cómo ves L’Eliana y en dos palabras qué significa este pueblo para ti?
L’Eliana ha sido y es un pueblo indudablemente fantástico. Que ha cambiado y sabido evolucionar con los tiempos. Un sitio para vivir y disfrutar de la vida con gente muy diversa. Es un pueblo abierto, acogedor y rico de vivencias. Y si te tengo que resumir en pocas palabras qué significa L’Eliana para mí, te lo resumo así: L’Eliana y especialmente mi rincón del Molí, SON MI PARAÍSO.