Javier Comes

Gente de aquí
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L’Eliana es mi casa y mi vida. Aquí he luchado por mi mis hijos y mi familia. Es el lugar en donde me encuentro a gusto. No sabría estar en otro sitio”

El más pequeño de cinco hermanos, Javier Comes Badía, no nació en L’Eliana porque a su madre se la tuvieron que llevar de urgencia al hospital en el momento de su nacimiento. “Eso es lo que han contado siempre en mi casa,” nos explica Javier con esa sonrisa ancha que le caracteriza. Pero todos sabemos que Javier Comes y su familia es elianera por los cuatro costados. El Horno Pastisseria Comes es un establecimiento emblemático en nuestro pueblo. Por sus instalaciones en la calle Purísima Nª 4 hemos pasado casi todos los vecinos del municipio en más de una ocasión. Ya sea para comprar el pan, una tarta o simplemente por el placer de degustar cualquiera de sus exquisitos dulces. Este elianero con mayúsculas recuerda su infancia en L’Eliana siempre jugando en la plaza con los amigos, estudiando en el grupo escolar Virgen del Carmen de entonces o quedándose a repaso “con los más listos de la clase”, afirma con sorna. “Era una Eliana distinta en la que te llamaba tu madre desde la puerta de casa para comer o para darte el bocata. Una Eliana en la que había cuatro calles y todo lo demás era huerta y en la que se respiraba una gran tranquilidad. Mucho ha llovido desde entonces aunque no creo que para mal”. ¿Desde cuándo estás en el horno Javier? “Yo te diría que ya ni me acuerdo, pero fue a partir de los 17 o 18 años, cuando terminé el COU que hice interno en La Salle de Paterna. Les dije a mis padres que no iba a estudiar más, aunque en algún momento, confiesa, pensé en ser piloto. Pero creo que el álgebra y alguna otra cosa como que no iba conmigo. Como me gustaba y me sigue gustando la pastelería y el dulce decidí dedicarme al horno del que no me despegado desde entonces. Aprendí el oficio en la misma pastelería con recetas de la abuela, el quehacer de alguno de los panaderos que teníamos contratados para aquel entonces, consolidando mi aprendizaje a base de estudiar y hacer todo tipo de cursos y cursillos a lo largo de toda mi trayectoria profesional. He volcado mi vida en este negocio junto a mi familia”. Hijo de uno de los primeros jueces de paz que tuvo L’Eliana, Javier Comes ha heredado - quizá de su padre - un carácter conciliador. Poco amigo de las discusiones él mismo se define como “un buen mediador. No me gustan los gritos, ni siquiera hablar en voz alta”. ¿Cómo conociste a tu mujer Javier? “Yo estoy con Merche toda una vida. Tenía yo 17 y ella 14 cuando nos conocimos muy cerquita de lo que es hoy la cafetería Comes. La pandilla de amigos nos reuníamos en una caseta que llamábamos el club. Un día apareció ella y desde entonces no nos hemos separado," explica con orgullo.”. Javier Comes Badía es un hombre integrado en su pueblo, amigo del asociacionismo cultural y social. Ha ha sido clavario en dos ocasiones, pertenece a la falla Josep Antoni desde siempre. En ella, su mujer Merche y su hija María han sido falleras mayores y sus dos hijos, Javier y Miquel, presidentes. Desde su constitución ha sido también el presidente de la Asociación de Comerciantes de L’Eliana ‘Viu L’Eliana’, y como tal, ha participado en todas las decisiones más importantes que puedan afectar al pequeño comerciante del municipio con el que se siente plenamente identificado: “El cooperativismo es algo importante para mí, comenta Javier Comes, no sólo a nivel empresarial, también a nivel social y cultural”. Aficionado del Valencia C.F, a Javier Comes no le faltan los buenos amigos en L’Eliana. De él dicen que es un hombre implicado en su pueblo. Su comercio fue premiado en 2011 con el ‘Premio Ciudadanía’ que otorga todos los años el Ayuntamiento de L’Eliana. Antes de despedirnos le preguntamos a Javier ¿qué significado tiene en su vida L’Eliana? A lo que nos contesta tras un breve momento de reflexión: "L’Eliana es mi casa y mi vida. Aquí he luchado por mi mis hijos y mi familia. Es el lugar en donde me encuentro a gusto. No sabría estar en otro sitio”.