Enrique Fuster

Gente de aquí
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Soy un bicho bueno. A mí me quiere todo el mundo aquí, me saludan y saludo a todos en el pueblo.No tengo palabras para describir L’Eliana es un cesto en el que he depositado todo mi amor. L’Eliana es todo”

Enrique Fuster Eres no nació en L’Eliana porque su tierra natal es Alboraya. Pero como el mismo explica, “llegué aquí por razones laborales y me quedé, como diría el poeta, por amor. ¡L’Eliana es mi pueblo de corazón!. Aquí he vivido los últimos 40 y pico años de mi vida, he trabajado, me he casado, formado una familia y tengo mis amigos”. Esbelto, elegante, de hablar resuelto y de una simpatía sin igual, la sonrisa no abandona nunca el rostro de Enrique. Casado con Carmen Badía, - La Salá - , padre de dos chicos - Quique y Ana - y abuelo orgulloso de la pequeña Irene, Enrique Fuster confiesa que la familia es importantísima para él.” Mis hijos son la miel de mi boca, la savia de mi árbol”, dice no exento de lírica, mientras la risa acompaña a la afirmación. Enrique, el tercero de cuatro hermanos, vivió en su Alboraya natal hasta que terminó a los 14 años los estudios básicos para marchar luego a estudiar con una beca en la escuela de Bellas Artes de San Carlos en Valencia. Cursó dos temporadas y se puso a trabajar a partir de los 17 porque “eran malas épocas y se necesitaba”. “Trabajé como camarero en un pequeño bar de Valencia y también en el exclusivo para entonces Pepes Club. Un sitio de alto estanding donde iban los posibles, políticos, empresarios y más. Allí aprendí muchos trucos. Era listo la verdad” comenta pícaramente. “También trabaje en el restaurante del Hotel Astoria y como aprendí a ganarme los cuartos, pronto me fui, en la época del apogeo turístico, a trabajar a localidades emblemáticas como Calpe, Benidorm y hasta en la Costa Brava. Allí en tres meses ganaba lo que ganaba en Valencia en un año Acumulé mucha experiencia. Viví mundo”. ¿Y donde te pillo la mili? Ah responde sonoramente. “Hice la mili en la marina, embarcado en el Teide, un barco petrolero. Allí era el ‘repostero comandante’, siempre tenía dos raciones de lo mejor - recuerda alegremente- y no hay parte de Canarias o de Galicia que yo no conozca. Fueron buenos tiempos”. Enrique es un aficionado al fútbol y un equipo ocupará su afición de por vida: el Levante Unión Deportiva. “Me recuerdo siempre jugando al futbol, en el colegio, en el campo de Alboraya, en las pistas universitarias cerca de las facultades y aquí en L’Eliana como entrenador del CDFB L’Eliana. Y esta última etapa, entre 2009 y 2013, he sido el presidente de la Penya Levantinista de Camp del Túria”, comenta. ¿Cómo llega un granota como tú a L’Eliana, Enrique? “Fue cuando faltó mi padre. Regresé a Valencia y me ofrecieron trabajo en el restaurante L’Alquería de la localidad. Uno de los mas prestigiosos de la provincia. Al principio me iba de Alboraya a L’Eliana todos los días en el trenet de entonces. Luego conocí a Carmen en una comida que las Clavariesas celebraban en el restaurante. Empezamos a festejar y cuando nos casamos decidí quedarme definitivamente, en este, el que considero mi pueblo. Mi suegro ‘El Salao’ en su fontanería, la más importante de aquella época Fontanería Badia’ me llamó para trabajar con él”. Enrique ha sido víctima de sendos percances laborales que le han costado buena parte de la visión y una falange de la mano pero nunca ha perdido el optimismo. “Siempre hay que tener coraje y seguir,” afirma con contundencia. De lo malo siempre hay que sacar algo bueno. Eso lo he aprendido con los años”. Amigo de la astronomía, afición que ahora comparte con su pequeña nieta, Enrique nos explica que también es un gran amante de las plantas. “En mi patio encontrarás los claveles más bonitos del mundo,” afirma con toda convicción. ¿Cuál es tu receta para estar siempre contento Enrique?. Y traviesamente contesta: “bueno soy feo pero simpático. Tengo sólo memoria para lo que quiero. Y es mejor ser un bicho bueno. A mi me quiere todo el mundo. Me saludan y saludo a todos en el pueblo”. Antes de despedirnos una última pregunta Enrique, la de obligada respuesta en esta sección. ¿Qué es para ti L’Eliana? “Uff “ exclama mientras su mirada se llena de emoción: “ No tengo palabras. L’Eliana es un cesto en el que he depositado todo mi amor. L’Eliana es todo”