¿En nombre de qué Dios?

El Aguijon
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¿EN NOMBRE DE QUE DIOS?

No sirven las palabras. No sirven los rechazos masivos, ni las manifestaciones multitudinarias. No sirven las respuestas bélicas a los focos de terror. Nada sirve ante unos iluminados que matan indiscriminadamente en nombre de no sé que Dios. 

Europa no tiene tiempo de quitarse el luto, porque cuando intenta mitigar el dolor de un día trágico, es sucedido por otra tragedia en la misma o en otra zona . Casi cada día, lloramos una masacre en cualquier lugar de nuestro viejo continente. Y debemos ser justos; no solo sufre Europa y América. Lo hace también gran parte del mundo musulmán  que tiene el foco infeccioso dentro de su propia casa. Además, sufren la afrenta de tantos ignorantes que confunden y meten en el mismo saco, a todos los árabes con el terrorismo que los azota como a nosotros.

Es cierto que, la solución,-si la hay- tiene un difícil y sangrante recorrido. Los gobiernos,-faltaría más- están totalmente unidos rn la búsqueda de la erradicación de este cruento derramamiento de sangre- Todas las guerras, son cruentas, pero es que esta, no es una guerra al uso. Luchamos contra un enemigo difícilmente identificable, que convive con nosotros, que entra a los estadios y a las salas de fiestas con nosotros. Que se sienta a nuestro lado en el restaurante. Que conduce un vehículo en el mismo atasco en el que nos encontramos nosotros.

Pero además, no es una guerra al uso, porque en la guerra convencional,, el enemigo pretende hacer bajas. En esta., se inmola con una carga de explosivos o conduciendo un vehículo, que acabará con la vida de muchas personas, pero también con la suya. Porque ese miserable dios al que invocan –que nada tiene que ver con Alá- les acogerá en el infierno al que debieron irse antes de haber nacido, y seguramente, del que proceden.

“La humanidad, tiene que acabar con la guerra, o la guerra acabará con la humanidad”.. Pero esta no es una guerra, donde existen dos bandos contendientes localizados. Y cuando respondemos con un ataque bélico donde se supone habita un grupo de terroristas, siempre se paga el tributo de los daños colaterales. Y aquí los daños son docenas, cientos de personas inocentes que pagan con su vida , la muere de media docena de terroristas que se encontraban en la misma zona. Un precio este demasiado caro..

Busquemos y cortemos las fuentes de financiación de estos salvajes. Y el compromiso serio y rotundo de los países en los que anida la semilla de esta barbarie. No tienen una fábrica de armas. Alguien se las vende. Aunque es cierto, que han encontrado un modo más barato de matar. Una furgoneta de alquiler, o robada. Una bomba de fabricación casera, puede acabar con la vida de tantos seres inocentes,  que nos hace vivir el luto perpetuo. Por los que han muerto, y por los que van a morir mañana.

La muerte. tiene un precio. Pero estos lunáticos no lo están pagando.

Miguel Ángel Martínez Collado

08/06/17