ADEU, PEP
Anoche dormí poco y mal. He despertado a las cinco de la mañana con cierta sensación amarga. Dos horas de duermevela y, de pronto, a las siete, las noticias de la SER con la mala nueva de la muerte de Josep Torrent.
Conocí a Pep en La Eliana a mediados de los setenta del siglo pasado cuando vino a visitarme en cierta ocasión, creo que recién acabados sus estudios de periodismo, pues a la sazón su hermana pequeña era alumna del colegio público Virgen del Carmen donde yo ejercía funciones docentes.
Nos volvimos a encontrar más tarde, siendo ya Torrent todo un profesional en las redacciones de Diario de Valencia y Noticias al Día, por las que pasó, y donde yo colaboré por algún tiempo. Luego su vida permaneció ligada al diario Levante y al diario El País. Nuestras relaciones fueron discontinuas e intermitentes y giraron en aquellos tiempos en torno al periodismo y la política que fueron también los ejes de su vida como informador.
Mucho más tarde nos vimos con mayor frecuencia. Recuerdo la efusión con la que nos saludamos en la presentación del libro de Justo Serna "La farsa valenciana", donde el periodista –que había acogido los artículos que componen el libro en las páginas de El País CV– ejerció de presentador. No mucho después en L'Eliana, su pueblo, y el mío de adopción, me animó, tras una velada literaria cenando con varios amigos en el bar Torrent, a enviar colaboraciones al periódico cuya dirección regional ejercía...
Siempre es doloroso recordar…
Josep Torrent nos ha dejado a los 63 años. La vida y la muerte no solo me parecen injustas sino además estúpidas, o eso creo en este momento. La parca se ha llevado a uno de los mejores periodistas valencianos sin miramientos. El vacío que nos deja como persona y amigo es aún mayor...
¡Hasta siempre Pep!
José Antonio Vidal Castaño
Historiador y escritor
04/05/2016