Los pactos: ¿Susto o muerte?

El Aguijon
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Pasaron las elecciones, - o no-. Los que votamos con la esperanza de despejar una forma de política desoladora, nos encontramos ahora un panorama lleno de incógnitas, de interrogantes.

Al presidente en funciones le ha correspondido susto porque aún siendo el partido más votado, Rajoy no tiene quién le escriba. Las nuevas fuerzas políticas huyen de él como de un apestado. Necesita más tiempo del que le queda, para enterarse, que el pueblo ha elegido otras formas de hacer política. En su ignorancia, pone cara de espanto ante las vestimentas y peinados: ese fue el susto. La muerte le llega del modo natural en que la vida política pasa factura a la prepotencia, a la ceguera y a una ineficacia de cuatro años de gobierno.

El señor Rivera, era previsible, no va a verse obligado a elegir entre susto o muerte, porque habiendo nacido a la política como un clon, su organismo no queda sujeto a las vicisitudes por las que atraviesa el original de su fotocopia.

A Podemos, la gran esperanza de la izquierda de la regeneración, le crecen los enanos, léase la amalgama de confluencias que se niegan a ser fagocitadas por unas siglas en detrimento de las diversas corrientes que las alimentan. Hizo promesas a las distintas formaciones que consiguió reclutar; promesas que no puede cumplir y eso le ha instalado en el susto. Sabe además, que si no baja sus ‘’líneas rojas’’, pueden causarle la muerte (política, naturalmente).

Los independentistas, están en su papel. Ni susto ni muerte. Ellos dicen estar ahí de paso y no corren ningún riesgo, solo se limitan a enfatizar su hoja de ruta.

¿Y Pedro Sánchez?. Al líder socialista no le han dado ni tiempo a elegir. Entre los adversarios, que son todas las demás fuerzas, y los enemigos, que son sus compañeros de partido, le han colocado del lado de la muerte. La guardia pretoriana del PSOE, no esta por la labor de que se juegue con ésta vieja España que anda renqueante, cautiva y desarmada. Este estado, país, o nación, tal vez necesite algún zurcido por la parte de la constitución y que antes o después alguien tendrá que acometer.

Pero hoy por hoy si llega a gobernar con los mimbres que cuenta, breves serán las cestas que pueda elaborar. Y estos escasos mimbres, son los que presta una oposición que no acaba de definir posturas, y un partido, el suyo, que le concede de vida solo el tiempo en que tarde en producirse el congreso del PSOE.

‘ Al suelo, que vienen los nuestros ’. Nunca pudo estar más vigente la ingeniosa frase. Y con esta otra acabo: ‘¡ Joder, que tropa! ’.

Miguel Ángel Martínez Collado

21/01/2016