Año nuevo, ¿vida vieja?

El Aguijon
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Como hablas de política –diciendo algo nuevo y sensato- ya no es posible, porque todos sabemos que todos han ganado las elecciones, y con tanta rotundidad, que tendremos que ir a votar de nuevo, y como los tertulianos políticos van por los medios con la solución de lo que va a ocurrir,(aunque cada uno maneje distintas soluciones), paso del tema para entrar en otro, sangrante, repugnante, y rechazable con la mayor rotundidad.

Más de cincuenta mujeres, han perdido la vida durante el pasado año, a manos de locos, prepotentes,-y casi siempre impotentes- machos genuinos, ibéricos de pura raza, con escritura de propiedad que así mismos se otorgaron cuando “compraron” el género.

Porque eso fue lo que en realidad hicieron: elegir una mujer que les diera satisfacción cuando estuvieran calientes, y calentarla a palos cuando el fracaso de sus vidas, se reflejara en el espejo, o sea, la mayor parte del tiempo.

Es cierto que ellos cuentan con el rechazo unánime de la sociedad, y que las victimas tienen así mismo godo nuestro apoyo. Cierto también que la Administración, pone voluntad en cortar esta locura, aunque con pocos resultados a la vista de las cifras. También la judicatura, muchas veces se siente impotente para controlar órdenes de alejamiento, cumplimiento íntegro de condenas…

Sé que, con estos animales de bellota, la solución no es fácil. Pero apuesto por el máximo endurecimiento de condenas, y, sobre todo, por la educación en colegios, institutos, facultades, donde se inculque el respeto por nuestros semejantes, y por la igualdad en hombres y mujeres. Y lo digo, porque he observado en alguna ocasión, y supongo que todos lo hemos visto, a chavales hablando a las chicas, en el metro, en la calle , con carga de violencia , con desprecio, con prepotencia; y son adolescentes que no tienen mas allá de entre los quince a los diecisiete años. Y cuando observo este maltrato de palabra a tan temprana edad, no puedo dejar de ver a estos cachorros de hombres, como futuros maltratadotes. Solo necesitan tiempo. Y a esta edad, no pueden inhibirse los educadores, pero tampoco los padres. Somos quienes mejor conocemos a nuestros hijos, esos árboles que se están formando y que tienen la edad precisa para ir modelando, podando las deformaciones en tiempo y forma. Luego, un día, ya es tarde.

Y ahora le dejo a ustedes, que tengo que seguir con lo de formar gobierno. Feliz resto de siglo.

Miguel Ángel Martínez Collado

4/01/2016